Se
hizo pública la Carta del Santo Padre dirigida al Delegado Pontificio para la
Congregación Armenia Mequitarista con motivo del tercer centenario de su
fundación.
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El Cardenal Sandri en la Isla de San Lázaro de los Armenios con motivo de la Divina Liturgia armenia |
El
texto fue leído al término de la Divina Liturgia celebrada el domingo 16 de
septiembre, en la ciudad italiana de Venecia, en la Isla de San Lázaro de los
Armenios y a la que asistió el Prefecto de la Congregación para las Iglesias
Orientales
El
Delegado Pontificio para la Congregación Armenia Mequitarista, Mons. Boghos
Levon Boghos Zékiyan, agradeció ayer al Cardenal Leonardo Sandri la Carta
pontificia firmada por Francisco el pasado 5 de septiembre con motivo del
tercer centenario de su fundación.
Momento importante de su
historia
El
Pontífice saluda cordialmente a esta Congregación y destaca la celebración de
este momento importante de su historia en que se recuerda con gratitud la
llegada del Abad Mequitar de Sebastea al monasterio de San Lázaro, en la fiesta
de la Natividad de la Bienaventurada Virgen María, elegida como símbolo y
prenda por la asistencia de la Madre de Dios. Y afirma que este aniversario
permite elevar el agradecimiento al Señor por su abundante efusión de gracias y
carismas con que ha colmado a lo largo de los siglos a sus numerosos miembros
que se han caracterizado por su vida religiosa vivida fielmente y en ocasiones
también testimoniada heroicamente con el supremo sacrificio del martirio.
Tras
destacar la figura de venerable Mequitar, a quien su predecesor Pío XII incluyó
entre los grandes reformadores de la vida monástica en las Iglesias de Oriente,
el Papa Bergoglio evoca dos elementos de especial valor.
Humanismo teológico
armenio y apertura ecuménica
En
primer lugar, la tradición del humanismo teológico armenio, inspirado en el
lema de San Nersés de Lambron, según el cual “el amor por el estudio es por sí
mismo amor de Dios”; y la profética apertura ecuménica implícita en la
espiritualidad mequitarista. De este último aspecto el Obispo de Roma alude a
la consigna, cual don benéfico para el camino ecuménico, que hoy se revela cada
vez más como un signo de los tiempos para secundar la petición del Señor a sus
discípulos de “ser una sola cosa”.
Ayuda y apoyo de la Santa
Sede
En
cuanto a las incomprensiones y dificultades que Mequitar y la Congregación
superaron con la gracia de Dios el Pontífice escribe que la Santa Sede –
que ha mirado siempre con respeto y atención al fundador y a sus hijos – ha
estado y se encuentra a su lado en esta delicada transición, ofreciendo todo tipo
de ayuda y apoyo.
También
recuerda que la identidad mequitarista consiste en ser ante todo monjes,
personas consagradas totalmente a Dios, y que se trata de una vocación
irrealizable sin una comunión real con sus hermanos y sin la asunción total,
íntegra y gozosa de los votos de pobreza, castidad y obediencia, fuente
evangélica de verdadera renovación y garantía segura en las fatigas de hoy.
Por
último, el Santo Padre une su oración al himno de agradecimiento por sus más de
trescientos años de historia bendita, y les imparte su bendición apostólica a
la vez que pide, por él, su recuerdo constante en la oración.
María
Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
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