“Hay una diferencia entre la novedad del mundo y la
novedad traída por Cristo”, lo ha señalado el Papa Francisco en la Misa
matutina celebrada en la Capilla de la Casa Santa Marta
“Hermanos, por
todas partes oímos hablar de la inmoralidad entre ustedes, y de una inmoralidad
que ni siquiera se encuentra entre los paganos. ¿Pero ustedes son cristianos y
viven así?”. Con esta pregunta y las duras palabras de reproche, tomadas de la
Primera Carta de San Pablo Apóstol a los Corintios, el Papa Francisco exhortó
en su homilía en la Misa matutina celebrada en la Capilla de la Casa Santa
Marta.
El Pontífice señaló que, Pablo se dirige a los
cristianos constatando que muchos de ellos llevan “una doble vida” y está muy
enfadado con ellos, que se jactaban de ser “cristianos abiertos” y en la cual
“la confesión de Jesucristo iba de la mano de una inmoralidad tolerada”. Paolo
recuerda que la levadura fermenta toda la masa y que se necesita una nueva
levadura para obtener una nueva masa.
El Evangelio
transforma a toda la persona
Jesús había recomendado a sus discípulos: “Vinos
nuevos, odres nuevos”.
“La novedad del Evangelio, la novedad de Cristo –
afirmó el Papa – no es solamente transformar nuestra alma; es transformar a
todos nosotros: alma, espíritu y cuerpo, todos, todo, es decir, transformando
el vino – la levadura – en odres nuevos, incluso todo. La novedad del Evangelio
es absoluta, es total; nos lleva a todos, porque nos transforma desde dentro
hacia fuera: el espíritu, el cuerpo y la vida cotidiana”.
“La novedad”
del Evangelio y “las novedades” del mundo
El Papa Francisco observa que los cristianos de
Corinto no habían comprendido la novedad totalizante del Evangelio, que no es
una ideología o una forma de vida social que coexista con los hábitos paganos.
La novedad del Evangelio es la resurrección de Cristo, es el Espíritu quien nos
ha enviado “para acompañarnos en la vida”. Los cristianos somos hombres y
mujeres de novedad, afirma el Papa, no de las novedades.
“Y mucha gente intenta vivir su cristianismo ‘de las
novedades’: ‘Pero hoy, se puede hacer así; no, hoy se puede vivir así...’ ‘Y
estas personas que viven de las novedades propuestas por el mundo son mundanas,
no aceptan toda la novedad. Hay una confrontación entre ‘la novedad’ de
Jesucristo y ‘las novedades’ que el mundo nos propone para vivir”.
Ser débil sí,
pero no hipócrita
Las personas que Pablo condena, continúa el Papa, “son
personas tibias, inmorales, (...) son personas que simulan, son personas
formales, son personas hipócritas”. Y reitera: “La llamada de Jesús es una
llamada a la novedad”.
“Alguien puede decir: ‘Pero, padre, somos débiles,
somos pecadores...’ - Ah, eso es otra cosa. Si tu aceptas que eres pecador y
débil, Él te perdona, porque parte de la novedad del Evangelio es confesar que
Jesucristo vino para el perdón de los pecados. Pero si tú, que dices ser
cristiano, convives con estas novedades mundanas, no, esto es hipocresía. Esa es
la diferencia. Y Jesús nos había dicho en el Evangelio: ‘Tengan cuidado cuando
les digan: el Cristo está allí, está allí, está allí....’. Las novedades son
estas: no hay salvación con esto, con esto...". Cristo es uno solo. Y
Cristo es claro en su mensaje”.
El camino de
los que siguen a Cristo es el del martirio
Jesús, sin embargo, no engaña a los que quieren
seguirlo y el Pontífice responde a la pregunta: Pero, ¿cómo es el camino para
los que viven la novedad y no quieren vivir las novedades? Recordando cómo
termina el Evangelio que la liturgia presenta hoy, es decir con la decisión de
los escribas y doctores de la Ley de asesinar a Jesús.
“El camino de los que toman la novedad de Jesucristo
es el mismo que el de Jesús: el camino del martirio, advierte el Papa. Martirio
no siempre cruento, sino el martirio cotidiano”. Nosotros estamos en la calle y
somos observados por el gran acusador que suscita a los acusadores de hoy para
llevarnos a la contradicción. Pero, concluye el Pontífice, no debemos negociar con
“las novedades”, no debemos “diluir el anuncio del Evangelio”.
Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano
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