No todos los que vagan por
el mundo andan perdidos...
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Alan James | CC BY SA 2.0 Irlanda. Croagh Patrick |
Irlanda
tiene una larga y rica historia de peregrinaciones a lugares sagrados, que se
remonta a san Patricio, el gran “Apóstol de Irlanda”.
Según
la tradición, agotado y fatigado por sus actividades apostólicas, san Patricio
buscó un lugar apartado para ayunar y orar por el pueblo de Irlanda. Subió a la
montaña ahora conocida como “Croagh Patrick” y permaneció allí los cuarenta
días de Cuaresma, pidiendo a Dios que tuviera misericordia con el pueblo de
Irlanda.
En
los siglos que siguieron a la campaña misionera de san Patricio, creció un
fervor religioso que tomó como lema “peregrinatio pro Dei amore”, es decir,
“peregrinando por el amor del Señor”. Esta sola frase inspiró a numerosos
hombres y mujeres en Irlanda a viajar a lugares distantes en honor del Dios
Trino.
En
un sentido real, cumplieron esa frase tan citada del escritor católico J.R.R.
Tolkien: “No todo el que vaga está perdido”. Y es que no estaban vagando sin
rumbo, sino con un propósito espiritual específico, viéndose a sí mismos como
peregrinos en este mundo.
Esta
idea asumió varias formas durante los primeros años de la fe cristiana en
Irlanda, pero el deseo de viajar a un lugar santo en busca de Dios siguió
siendo un tema común.
Una
de las rutas de peregrinación más antiguas es Croagh Patrick, donde los
peregrinos continúan yendo, siguiendo los pasos de san Patricio. El último
domingo de julio se conoce como “Reek Sunday” y atrae a miles de peregrinos que
ascienden a las alturas de la montaña en reparación de sus pecados.
Otro
antiguo lugar de peregrinación es la isla de Lough Derg, comúnmente llamada
“Purgatorio de San Patricio”. La isla recibe peregrinos desde el siglo V y es
famosa por su rigurosa peregrinación de tres días. Incluye ayunar, caminar
descalzo, repetir “oraciones de las estaciones” y mantener una vigilia de 24
horas.
Durante
los últimos años, el santuario de Nuestra Señora de Knock, lugar de una
singular aparición mariana en el siglo XIX, ha sido también el destino de miles
de peregrinos cada año.
Hay
muchos otros lugares de peregrinación por toda Irlanda, que ahora han compuesto
su propio “Camino”, dando a los peregrinos la oportunidad de embarcarse en un
viaje de arrepentimiento y descubrimiento.
Allá
donde fueran, los peregrinos irlandeses “vagaban” por la gloria de Dios, invocando
Su ilimitada misericordia mientras viajaban a estos lugares santos. Fue una
parte esencial de su espiritualidad y continúa inspirando a muchos otros que
buscan acercarse a Dios.
Philip
Kosloski
Vatican
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