Con la muerte del padre Miguel Flores ya son 23 los
sacerdotes asesinados en México en los últimos seis años
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Finalmente, lo que se temía por parte de la
arquidiócesis de Morelia y de la Iglesia católica mexicana, se hizo realidad:
el asesinato de otro sacerdote. Este domingo habíamos relatado la historia de
su secuestro. Hoy se suma a la lista interminable de ultrajes que convierte a
México en el país más peligroso del mundo para ejercer el sacerdocio.
Las
autoridades del Estado de Michoacán confirmaron que el cuerpo sin vida del padre Miguel
Gerardo Flores Hernández, de 49 años de edad, de los Misioneros
de la Sagrada Familia (MSF), fue encontrado el sábado, 25 de agosto en un
terreno baldío en la ciudad de Nueva Italia, en el municipio de Múgica.
El cuerpo del
sacerdote fue hallado en un lugar conocido como Antiguo Molino de Arroz, sobre
la calle Benito Juárez, según la Procuraduría General de Justicia de Michoacán,
quien lo dio a conocer a través de un comunicado. La misma corporación indicó
que el cadáver del sacerdote se encontraba en avanzado estado de putrefacción
al momento de su localización. El padre Flores, dice el comunicado, vestía ropa
distinta a la indicada en la ficha de “desaparecido”.
Esta región,
llamada de “Tierra caliente”, es una de las más
inseguras de México. Dominada por el narcotráfico y las bandas de delincuentes,
ya tiene en su “palmarés” una nueva víctima: el padre Flores, quien estaba en
calidad de “desaparecido” desde el 18 de agosto, tras celebrar una Misa en la
comunidad de Matanguarán.
¿El móvil del asesinato? El arzobispo de Morelia,
arquidiócesis donde servía el padre Flores, habla del robo del vehículo que
utilizaba este MSF para trasladarse en esa región. Descarta el arzobispo Carlos
Garfias Merlos la participación del crimen organizado en el acto.
Sin embargo,
la hipótesis sigue vigente: una de las actividades del padre Flores consistía
en dirigir el Centro de Formación Familiar Infantil y Juvenil Nazareth,
Asociación Civil, en Jucutacato, municipio de Uruapan. Abierto desde 2011, los
proyectos y programas implantados tienen por objeto abatir los índices de
pobreza y marginación de la zona fomentando proyectos de estudios y de
capacitación para el trabajo en el albergue Nazareth en el que el sacerdote
asesinado contribuyó a la formación de 34 jóvenes.
En otras
palabras, le “quitaba” al narcotráfico su “materia prima”:jóvenes
de hogares pobres, atormentados por la necesidad y alentados por la “ganancia
fácil” con la que el crimen suele reclutar a sus elementos.
Mientras las
investigaciones continúan, después de invitar tanto a los fieles como a los
sacerdotes a ser prudentes, para no ser víctimas de asaltos, robos, amenazas o
extorsión; el obispo reiteró que “la posición de las Iglesias sigue siendo la
de llamar a la reconciliación y al perdón”.
El comunicado
de prensa de la arquidiócesis de Morelia, el arzobispo, los obispos auxiliares
y el presbiterio de la arquidiócesis expresan sus condolencias: “Que
Nuestra Señora de la Salud, interceda por nuestro hermano clérigo, conceda el
consuelo de la fe a su madre, hermanos, amigos y a toda la comunidad de
Misioneros de la Sagrada Familia. Seguimos orando para que termine la grave
situación de violencia en nuestras ciudades, y para que ella (Nuestra Señora de
la Salud) nos ayude a imitar a su hijo, quien nos invita a vivir en su paz”.
El asesinato
del padre Flores se une a los otros 22 sacerdotes asesinados durante el mandato
de seis años del presidente Enrique Peña Nieto, que culmina el próximo 1 de
diciembre, y señalaba al país como el más peligroso del mundo para los
sacerdotes católicos.
“Michoacán,
ubicado sobre una de las rutas más activas de tráfico de drogas de la costa del
Pacífico, ha sido escenario en años recientes de la violencia generada por
grupos del crimen organizado, así como del surgimiento de grupos de civiles
armados que buscan defenderse del avance de los criminales”, resume *Animal
PolíticoI *lo que está sucediendo en ese Estado del oeste de México.
Jaime Septién
Fuente: Aleteia