COLABORACIÓN DE JUAN CARLOS CARVAJAL PARA ESTE DOMINGO

18 Domingo Tiempo Ordinario (Ciclo B)

MONICIÓN DE ENTRADA

Buenos días, sed bienvenidos a la celebración en la que hacemos memoria de la pascua del Señor.

Cristo, por su muerte y su gloriosa resurrección, nos ha liberado del poder del pecado y nos ha dado nueva vida. En cada Eucaristía, actualizamos este misterio de salvación que Él ha cumplido en su propia persona.

No nos hemos reunido para un mero ritual, celebramos el memorial que hace presente el acontecimiento que nos hace participes de la vida eterna.
Celebremos con gozo la Pascua del Señor. 


MONICIÓN A LAS LECTURAS

La mayoría de nosotros somos cristianos desde hace mucho tiempo y, sin embargo, hemos de reconocer que no siempre estamos en plena sintonía con Cristo.

Nos pasa como a las multitudes que van detrás de Jesús. A ellas les guía unas preocupaciones e intereses que no coinciden con los del Maestro. Igual que ellas, debemos dejarnos aleccionar por Cristo y permitir que él nos introduzca en el corazón de su Misterio.
Escuchemos con atención la Palabra que hoy se nos proclama y acojamos con fe la revelación que nos hace.


ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada petición respondemos: ¡Señor, escúchanos!

- Por la Iglesia, Pueblo de Dios, para que con obras y palabras anuncie a todas las naciones la buena noticia de Jesucristo. OREMOS.

- Por nuestros gobernantes, para que vayan más allá de sus intereses partidistas y promuevan una legislación justa que reconozca los derechos de los más necesitados. OREMOS.

- Por los que buscan un sentido a su existencia, para que encuentren cristianos que les den testimonio de que Jesucristo es su Salvador y Señor. OREMOS.

- Por los inmigrantes, especialmente por aquellos que arriesgan su vida en sus desplazamientos, para que superen todo peligro y encuentren una acogida humanitaria. OREMOS.

- Por nuestra comunidad parroquial reunida en torno al Altar de Cristo, para que en el día a día seamos signo de la fraternidad que Él ha venido a establecer en su persona. OREMOS.



ORACIÓN FINAL

Gracias, Padre de bondad,
porque nos has enviado a tu Hijo
desde tu seno divino.
Gracias, porque nos lo has dado
como alimento de vida eterna:
Él se ha entregado por nosotros
para rescatarnos del poder del mal
y abrirnos las puertas de tu gloria.

Padre de misericordia,
ten piedad y compasión de nosotros
y no nos tengas en cuenta nuestras faltas de fe.
¡Somos tan poca cosa!
que no reconocemos a Jesús como el Pan de Vida
y nos agotamos trabajando por un alimento
que no sacia y perece.

Te pedimos, Padre eterno,
que tu Espíritu ilumine nuestra fe,
que Él nos revele a Cristo
y nos lleva recibirlo como tu enviado:
testigo de tu amor y don de vida eterna.

Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal,
ten misericordia de nosotros.
Amén.