Una advocación nueva e icono nuevo, para los cristianos perseguidos
El
pasado 12 de junio se inauguró en Nueva York el primer santuario dedicado
a los “cristianos perseguidos”, precisamente en un momento de la historia
en la que millones de cristianos han tenido que abandonar sus hogares, han
muerto, o son discriminados por su religión.
Este
pequeño santuario, situado en la parroquia de San Miguel de la ciudad que
sufrió los atentados del 11-S, está presidido por un icono de Nuestra Señora de
Aradin, definida por el cardenal Dolan, arzobispo de Nueva York, como “Madre
de la Iglesia Perseguida”, icono que ya se venera y ante el cual miles de
cristianos ya han rezado por sus hermanos en la fe.
Un icono “actual y
relevante”
El
icono mariano representa a la Virgen María sosteniendo al Niño Jesús
vestidos ambos con atuendos tradicionales utilizados en las bodas en Irak. Y
para el cardenal estadounidense esta imagen de María es “actual y relevante”.
Precisamente,
la imagen de Nuestra Señora de Aradin que preside el santuario fue
encargado a un artista que se siente muy identificado con el sentido del
santuario. Se trata de Mouthana Butres, un católico siriaco natural de
Qaraqosh, en Irak, que tuvo que huir con lo puesto por la llegada de Estado
Islámico.
La Virgen, protectora de
los cristianos
Ahora
el vive exiliado en el Líbano con la esperanza de volver algún día a su casa.
“La inspiración que tenía cuando estaba trabajando en Nuestra Señor de Aradin
era que la Virgen María era la que estaba protegiendo a los cristianos”, cuenta
Butres en Catholic News Service.
El
artista católico iraquí afirma que decidió presentar a la Virgen con traje de
novia tradicional del área de Aradin, en el norte del país, “para
representar que la Virgen María siempre será parte de los cristianos de
Irak y que ella es la protectora de los cristianos del país y de todo
Oriente Medio”.
Como
cristiano perseguido, Butres ha realizado este icono como una misión, no como
un encargo más. Él considera que sus iconos, como este de la Virgen,
pueden ser un instrumento de oración y de intercesión. Este iraquí está
convencido de que las oraciones de las personas que acuden a este santuario en
Nueva York y rezan ante el icono de Nuestra Señora de Aradin se unen a las de
los cristianos perseguidos. “Me baso en lo que Jesús dijo sobre que donde dos o
más se reúnen en mi nombre ahí estará él”, agrega.
El Ave María en siriaco
En
sus iconos, Butres a menudo incorpora textos escritos a mano relacionados con
la imagen. Lo hace con el objetivo de contribuir a preservar el idioma, el
patrimonio y la espiritualidad siriaca. En el caso de este icono mariano,
el artista ha incorporado el Ave María en siriaco.
Este
católico iraquí nunca olvidará el verano de 2014 cuando los terroristas de
Estado Islámico invadieron Qaraqosh. Solamente pudo rescatar un volumen de los
miles de la colección de manuscritos de su padre.
El
libro, escrito a mano hace 600 años, contiene himnos siriacos y ahora inspira
gran parte de la obra de Butres como pintor de iconos. Mientras trabaja, este
iraquí canta los himnos que contiene este único ejemplar que pudo salvar.
Orgulloso de su fe y de su
pueblo
Se
siente orgulloso de su pueblo y de su fe. Cuando los miembros de Estado
Islámico les dieron un ultimátum, los cristianos de Irak renunciaron a sus
tierras pero no a su fe. “La sangre de las personas que fueron perseguidas es
un mensaje más fuerte que cualquier cosa que se pueda transmitir”, afirma.
La
introducción de Butres en la iconografía comenzó cuando tenía tan sólo 12 años.
Un diacono de la iglesia en Qaraqosh le enseñó el arte antiguo así como
fórmulas para producir colores y barnices con productos naturales. Así, por
ejemplo, usaba huevos y vino para conseguir tonos de rojo, o cera de abejas
para barnizar.
Presume
orgulloso como la oración y la formación religiosa eran parte importante de su
familia, siriaca católica y muy numerosa. “Vivíamos muy cerca de la iglesia,
todos los días al anochecer íbamos a rezar, y el que no participara no cenaba”.
Este
amor a la Iglesia ha propiciado también vocaciones en su familia. Una de
sus hermanas en monja dominica y uno de sus hermanos varones es sacerdote
que sirve actualmente en la diócesis siriaca en Estados Unidos.
Su
casa fue totalmente destruida por Estado Islámico. Y actualmente está
reconstruyéndose. Y para presidir esta nueva casa, Butres pintó el icono de
Nuestra Señora de Qaraqosh, para que la Virgen sea “protectora” de su
familia.
María,
Reina de las familias, ruega por nosotros
Por:
Javier Lozano
Fuente:
Cari Filii // Religión en Libertad