El viaje supone la primera
visita oficial de un miembro de la realeza británica desde 1948
En
la primera visita a Tierra Santa de un miembro de la familia real de Gran
Bretaña desde 1948, el príncipe Guillermo, duque de Cambridge, rezó “durante
mucho tiempo” en la basílica del Santo Sepulcro, según informan las fuentes.
A
su llegada el lunes a Tel Aviv, el príncipe, segundo en la línea de sucesión al
trono británico, se reunió también con el primer ministro israelí Benjamín
Netanyahu y el presidente de la Autoridad Palestina Mahmud Abass. Además,
visitó Jordania durante dos días.
La
visita oficial causó revuelo en Israel porque la agenda del príncipe se refería
a los “territorios palestinos ocupados”. Gran parte del mundo no reconoce la
soberanía de Israel sobre la parte oriental de Jerusalén, que los palestinos
esperan se convierta en capital de un futuro Estado propio.
Sin
embargo, también visitó Yad Vashem, el monumento en memoria a las víctimas del
Holocausto, y el Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado donde pueden
rezar los judíos. Después de permanecer unos cuantos minutos en contemplación
con su mano tocando el muro, el príncipe Guillermo firmó el libro de visitas:
“Que el Dios de la paz bendiga esta región y a todo el mundo con la paz”, según
informa The Jerusalem Post.
El
príncipe Guillermo también visitó a refugiados palestinos y jóvenes en
Cisjordania.
El
jueves, el duque de Cambridge inició su visita de Jerusalén contemplando la
ciudad vieja dese del monte de los Olivos, según recoge el sitio web del
Patriarcado Latino de Jerusalén. Después, visitó el complejo de la mezquita de
Al-Aqsa.
En
la basílica del Santo Sepulcro, que está construida sobre el lugar considerado
tradicionalmente de la Crucifixión y Resurrección de Cristo, fue recibido por
una delegación de representantes de la Iglesia. Acompañado del obispo anglicano
de Jerusalén Suhail Dawani, el príncipe Guillermo habló con el patriarca
ortodoxo griego Teófilo III, el patriarca armenio de Jerusalén Nourhan
Manougian y un fraile franciscano en representación de la Custodia de la Tierra
Santa.
Tras
entrar en la iglesia, el príncipe Guillermo se arrodilló y depositó su mano sobre
la Piedra de la Unción, donde dice la tradición que se preparó el cuerpo de
Jesús para el enterramiento. Luego Guillermo accedió a la tumba, el lugar del
enterramiento y la Resurrección de Cristo, donde rezó largo rato, según el
Patriarcado Latino. Después de una visita por la iglesia, subió las escaleras
hasta el Calvario, donde encendió una vela.
Mientras
estuvo en Jerusalén, el príncipe Guillermo también depositó flores sobre la
tumba de su bisabuela, la princesa Alicia de Battenberg. Alicia, que fue la
suegra de la actual reina Isabel II, está enterrada en una cripta de la iglesia
ortodoxa rusa de María Magdalena en el monte de los Olivos, según informa The
Jerusalem Post. “Devota cristiana, murió en Londres en 1969 y pidió ser
enterrada en Jerusalén, junto a su tía que, como Alicia, se había hecho monja y
fundó un convento”, afirma el periódico.
John
Burger
Fuente:
Aleteia