Admiro a los [sacerdotes]
que no buscan tener éxito ni aplausos, sino ayudar a quien lo necesite sin que
nadie lo sepa
Ordenación del P. Juan Pablo Aroztegi por el Obispo de San Sebastián, Mons. José Ignacio Munilla. Foto: Diócesis de San Sebastián |
El
P. Juan Pablo Aroztegi fue ordenado sacerdote el pasado domingo 2 de julio por
el Obispo de San Sebastián, Mons. José Ignacio Munilla, en la catedral del Buen
Pastor. El nuevo diácono tiene 35 años, ingeniero industrial y ahora también el
sacerdote más joven de la diócesis.
Según
ha relatado en diversos medios locales, el P. Juan Aroztegi comenzó a discernir
su vocación después de que un amigo agnóstico le preguntara por qué era
cristiano.
Hasta
entonces no se había cuestionado por qué seguía a Jesucristo, ni tampoco qué
quería hacer con su vida. Entonces trabajaba en una empresa de software libre
en Pamplona (España) pero después de una profunda reflexión, decidió
incorporarse al seminario.
Cuando
el P. Juan Pablo decidió entrar en el seminario, en uno de los “mayores
momentos de libertad” de su vida, y se lo comunicó al amigo que le había hecho
esas preguntas que cambiaron su vida, éste le contestó que se lo esperaba.
“Tus
amigos te conocen y pueden intuir tus decisiones. Es irónico, que un amigo
agnóstico me hiciera cuestionarme mi vida cristiana y mi vocación”, afirmó.
Y
aunque la mayoría de sus amigos no son creyentes, el P. Juan Pablo asegura que
se tienen “mucho respeto”, por eso algunos acudieron a la misa de ordenación
sacerdotal el pasado domingo. “Las conversaciones que tuve con algunos de ellos
para comunicarles mi decisión fue uno de los momentos más bonitos de mi vida.
Me sentí libre y me mostré como soy. Hablamos de temas importantes que nunca
antes habíamos tratado”, recuerda.
El
P. Aroztegi explicó al Diario Vasco, los días previos a la ordenación estaba
“tranquilo y emocionado” porque “lo que al principio era como una llama de
fuego dentro de mí, pequeña pero de la que no podía dudar, durante estos años
ha ido cogiendo fuerza. Llego [a la ordenación] sereno porque me siento muy
libre. Y al mismo tiempo la emoción es grande. Estoy emocionado por todo lo que
significa, y porque podré darme totalmente a aquello a lo que me siento
llamado”.
Según
afirma su familia sí se sorprendió cuando dio a conocer su decisión, a pesar de
que siempre se había vivido la fe “de una manera muy natural”.
“Acudía
a misa los domingos con ellos [su familia]. Es cierto que durante mi juventud y
adolescencia no veía el sacerdocio para mi vida, pensaba que mi futuro era más
bien el de formar una familia. Pero la vida da muchas vueltas”, afirma.
Según
afirma al Diario Vasco, este joven sacerdote asegura que le gusta “estar
abierto a las sorpresas de la vida. Quién me iba a decir con 15 o con 22 años
que iba a acabar siendo sacerdote, ni se me pasaba por la cabeza. Sin duda las
mejores cosas que me han sucedido en la vida han sido inesperadas. En ese
sentido estoy expectante por todo lo que me espera en la vida sacerdotal.
Sinceramente me espero una vida intensa y apasionante, con momentos buenos y
otros de cruz y sufrimiento, como en cualquier otro camino en la vida”.
Además
precisa que le gustaría seguir el ejemplo de algunos sacerdotes que han sido
importantes en su vida.
“Admiro
a los [sacerdotes] que no buscan tener éxito ni aplausos, sino ayudar a quien
lo necesite sin que nadie lo sepa. Me atrae el sacerdote que es humilde en
todos los sentidos, el que se ve a sí mismo como a un cristiano más, un
discípulo de Jesús que está en camino como cualquier otro. El que es un hombre
de Dios, reza por su pueblo y no busca nada más que las cosas de Dios. Y sobre
todo me atrae el sacerdote que crea unidad, que sabe estar con los demás”,
asegura.
También
explica que uno de los retos del sacerdote de hoy es “formar comunidades
cristianas donde se pueda vivir la grandeza de la vida en Cristo” y para ello
anima a “ir a lo esencial, a lo que importa en la vida, a amar y ser amados”, y
afirma que si se vive el cristianismo con autenticidad es “verdaderamente es
atractivo”.
Fuente:
ACI Prensa