La
vocación es una llamada de Dios que implica una escucha y una respuesta por
parte del ser humano, pero ¿qué se debe considerar al momento de discernir el
camino que Dios tiene para cada uno?
Imagen referencial / Crédito: Flickr Roman Catholic Archdiocese of Boston (CC BY-ND 2.0) |
El
Centro de Estudios Católicos (CEC) propuso 3
claves para tomar en cuenta en el discernimiento vocacional,
tanto para el matrimonio como para la vida religiosa.
1. Compromiso
En
primer lugar, “tanto el matrimonio como la vida religiosa implican un
compromiso amoroso de servicio a los otros”, explica el CEC.
“Estar
enamorado es importante, pero no suficiente”, ya que “el llamado al matrimonio
implica una conversión de vida centrada en el cónyuge y posiblemente en los
hijos que puedan venir”.
En
el caso de la vida religiosa, esta “implica un llamado al servicio y a la auto
entrega” por los otros.
2. Paciencia
Por
otro lado, es importante considerar que “el discernimiento requiere paciencia”,
ya que en muchos casos los noviazgos pueden ser largos y la vocación religiosa
necesita de tiempo para afianzarse.
“La
consistencia de la vocación será probada por un tiempo”, señala el CEC. “A una
pareja le tomará un tiempo, quizás años, conocerse, cortejarse, para tomar la
decisión sobre su vocación al matrimonio”.
En
el caso de la vocación religiosa, “tomará años de seminario y formación, antes
de tomar votos de por vida”.
3. Mirada realista
“El
proceso para hacer compromisos de por vida se describe muy fácilmente y parece
muy ordenado y estructurado, pero es desordenado e imperfecto en la realidad”,
asegura el CEC.
Por
eso, “no deberíamos buscar al cónyuge perfecto o a la comunidad perfecta.
Incluso si encontráramos a la pareja perfecta, el matrimonio no sería perfecto
después de casados”.
“Eso
está bien. Es una realidad humana y así también de forma tan humana y natural,
debemos vivir ese proceso”, aconseja.
El Centro de
Estudios Católicos es un punto de encuentro dedicado al
estudio, la reflexión y el diálogo sobre diversas realidades humanas iluminadas
por la riqueza de la fe.
Fuente:
ACI Prensa