Gil Tamayo añadió que legalizar la eutanasia no es más que legalizar «corredores de la muerte voluntarios» que un cristiano no puede seguir e insistió que «no es un derecho» sino «el atajo de la muerte»
Foto: CEE |
Tras la celebración de la Comisión Permanente del
Episcopado, José María Gil Tamayo informó, además, de que el cardenal Blázquez
se reunió el pasado 19 de junio con Pedro Sánchez en un encuentro marcado por
la cordialidad, la normalidad institucional y la voluntad de colaboración
El
secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María
Gil Tamayo, afirmó hoy ante un eventual traslado de los restos de Francisco
Franco del Valle de los Caídos que no corresponde a la Iglesia tomar una
decisión sobre las personas que allí descansan, sino a instituciones y
familiares.
Dijo,
durante la rueda de prensa final con motivo de la reunión que mantuvieron los
días 26 y 27 de junio los miembros de la Comisión Permanente del Episcopado:
«La decisión que origina la presencia de los difuntos en el Valle de los Caídos
no nace de la Iglesia ni le corresponde a ella su permanencia o no. Es otro ámbito,
el político y el familiar».
En este
sentido, recordó unas palabras del presidente del Episcopado, Ricardo Blázquez,
hace unos meses en Madrid, donde ponía el énfasis en que «la cruz es símbolo de
paz y perdón, no es una cruz selectiva, ni de unos contra otros». «El papel de
la Iglesia es orar, pedir por el eterno descanso de los difuntos».
El
portavoz episcopal también se refirió a un tema de actualidad, la eutanasia,
cuya ley se va a tramitar en el Congreso de los Diputados. En concreto,
insistió en una nota que la Subcomisión Episcopal para la familia y la defensa
de la vida publicó el pasado 21 de mayo, en la que se afirma «la Iglesia
siempre ha considerado la eutanasia como un mal moral y un atentado a la
dignidad de la persona» y recuperan unas palabras de san Juan Pablo II que
define la eutanasia como «una grave violación de la ley de Dios, en cuanto
eliminación deliberada y moralmente inaceptable de una persona humana».
Además,
ponen voz a los enfermos y sus familias, que lo que realmente demandan es la
ayuda para asumir los problemas y las dificultades personales que se suelen
presentar en los últimos momentos de la vida. «El tratamiento del dolor y el
abordaje del sufrimiento, el control de los efectos secundarios y colaterales,
la mejora de la calidad de vida y de la autonomía del paciente, la ayuda
a las familias en estas situaciones, el morir en compañía de los seres
queridos, con la asistencia espiritual y sacramental, y otros muchos aspectos
importantes, son los elementos reiteradamente demandados. Y estos elementos son
precisamente los que configuran como lo que conocemos como cuidados paliativos.
Es llamativo que se quiera proponer una ley de eutanasia cuando no se ha
legislado a nivel estatal sobre la instauración de los cuidados paliativos».
Gil
Tamayo añadió que legalizar la eutanasia no es más que legalizar «corredores de
la muerte voluntarios» que un cristiano no puede seguir e insistió que «no es
un derecho» sino «el atajo de la muerte»
Blázquez se reúne con Sánchez
Durante
la comparecencia de prensa, el portavoz comunicó que el pasado 19 de junio el
presidente de los obispos acudió a La Moncloa para entrevistarse con el
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. De la reunión destacó el clima
cordialidad y normalidad. «El cardenal Blázquez manifestó satisfacción y
normalidad en las relaciones Iglesia-Estado, el papel que la Iglesia ha jugado
en los últimos años, manifestando su posición y, al mismo tiempo, que no es un
contrincante político». Además, vio «muy positivo» que esta reunión se haya
producido tan pronto, cuando no se ha cumplido ni un mes de que tomara
posesión.
Con todo,
insistió en que aunque la Iglesia no es un contrincante político, sí «se va a
mover con la libertad de una institución con muchos fieles y que tiene una
palabra que decir; no para legislar, pero sí para trasladar su visión sobre los
asuntos que se planteen en la sociedad».
En otro
orden de cosas, durante la Comisión Permanente, se abordó la reforma de la
Conferencia Episcopal y se estudió la ponencia presentada que abunda en los
criterios que debe guiar esa renovación, recogidos en la exhortación Evangelii
gaudium del Papa Francisco y que se resumen «en la mística de vivir
juntos, en experimentar la catolicidad y la lógica del diálogo en camino hacia
una cultura del encuentro». «Se trata de hacer una renovación que posibilite e
impulse la transformación misionera de la Iglesia para hacerla capaz del
encuentro con la sociedad»
Fran Otero
Fuente: Alfa y Omega