Chivatazo
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
El
domingo pasado salimos a rezar el rosario a la huerta. Como faltaba la hermana
a la que le tocaba dirigirlo, me presenté como suplente. No había llevado
ningún papel, pero, al ser los misterios gloriosos, iba tranquilísima: ¡me los
sé de memoria!
-Primer
misterio -anuncié- La resurrección del Señor.
La
cosa iba sobre ruedas. Segundo misterio... tercero... cuarto... y la hermana
sin llegar... y yo sin papeles...
Sucedió
lo que me temía. Terminamos el quinto misterio y yo, que hasta ese momento
estaba quedando como una campeona del rosario, tuve que admitir que me habían
pillado:
-Pues
se acaba la suplente -dije entre risas- porque, las letanías de memoria... va a
ser que va a ser que no.
Todas
se echaron a reír, pero, rápidamente, sor Matilde se sentó a mi lado:
-“Señor,
ten piedad” -me susurró muy bajito.
Al
instante comprendí: ¡¡me estaba “soplando” las letanías!! (ella sí que se las
sabe de memoria). Con tan magnífico apuntador, terminamos el rosario
estupendamente, ¡con oración final y todo incluido!
Después,
orando lo sucedido, solo me salía decirle a Jesucristo: “¡Yo quiero estar así
de atenta a Tu voz!”
Sí
porque, ¡no veas con qué atención escuchaba los susurros de sor Matilde para no
perderme! Ya podían cantar todos los pájaros, ladrar el perro o reír las
monjas: ¡solo la escuchaba a ella!
Y
es verdad que el Señor se identifica con la suave brisa, con el susurro. Es
necesario tener el oído atento para descubrirLe...
Me
salía pedirle que obrara así en mi vida: “Si me dijeras exactamente lo que
tengo que decir en cada momento, ¡sería genial!”
Sin
embargo, sentí que el Señor me decía que Él no es el apuntador. Cristo no
quiere marionetas a las que manejar, sino amigos con los que trabajar. Cristo
nos da una indicación, pero, nos ama tanto, nos valora tanto, que espera que
nosotros aportemos nuestro toque poniendo en marcha los dones que nos ha dado.
No somos solo personajes, ¡nos regala ser también co-escritores de su Historia!
Hoy
el reto del amor es que escuches los suaves susurros del Señor. A lo largo del
día, Cristo te pondrá una ocasión para ayudar a una persona. Estate atento para
descubrirlo... ¡y pon en juego todos tus dones! Cristo cuenta contigo para
hacer de este día una auténtica obra de arte entre los dos. ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma