Este Padre de la
Iglesia continúa hablándoles a nuestros tiempos
En su obra más
conocida, Adversus Haereses (Contra las herejías), san
Ireneo refuta con ingenio los argumentos del gnosticismo haciendo uso tanto de
la Filosofía como de las Escrituras.
También aplicó
la sucesión apostólica para demostrar la autenticidad de la doctrina de la
Iglesia católica, señalando que no era posible rastrear el origen de las
herejías hasta llegar a los apóstoles.
Por motivo de
este estrecho vínculo con los apóstoles, los católicos romanos, los cristianos
ortodoxos, los anglicanos e incluso algunos luteranos veneran a san Ireneo.
Para conseguir
apreciar mejor el valor de este Padre de la Iglesia, aquí tenemos diez citas
inspiradoras de un obispo que no distaba mucho de los apóstoles:
- “La gloria de Dios es el hombre vivo”.
- “No debería buscarse en otros la verdad que puede encontrarse fácilmente en la Iglesia, pues en ella, como en un rico tesoro, depositaron los apóstoles todo lo relativo a la verdad, para que todos pudieran beber de este brebaje de vida. La Iglesia es la puerta a la vida”.
- “La obligación del cristiano no es más que la de estar en constante preparación para la muerte”.
- “El error no se manifiesta tal cual es, por temor de que, apareciendo desnudo, sea reconocido; sino que, adornándose artificiosamente de un vestido de verosimilitud, obra de modo que aparece a los ojos de los ignorantes más verdadero que la verdad misma”.
- “De la misma manera que nos hicimos deudores de Dios por medio del árbol, recibamos también por medio del árbol la remisión de nuestra deuda”.
- “La predicación de la Iglesia presenta por todas partes una inconmovible solidez, manteniéndose idéntica a sí misma y beneficiándose, como lo hemos manifestado, del testimonio de los profetas, de los apóstoles, y de todos sus discípulos”.
- “Antes de Valentín no hubo discípulos de Valentín, ni antes de Marción discípulos de Marción; ni existían tampoco los demás defensores de falsas opiniones, que hemos enumerado anteriormente, antes de que aparecieran los iniciadores en los misterios e inventores de sus extravagancias”.
- “El Hijo de Dios se hizo hijo del hombre, para que el hijo del hombre llegue a ser hijo de Dios”.
- El vientre de María, nuestra Madre Inmaculada, está “totalmente intacto, sin labrar ni sembrar más que por el rocío del Cielo; da a luz al Salvador, proporciona a los mortales con el Pan de los ángeles y el alimento de la vida eterna”.
- “Porque así como el pan que procede de la tierra
al recibir la invocación de Dios ya no es pan común, sino Eucaristía,
compuesta de dos elementos, terreno y celestial, así también nuestros
cuerpos, al recibir la Eucaristía, ya no son corruptibles, sino que tienen
la esperanza de la resurrección eterna”.
Philip
Kosloski
Fuente: Aleteia