El Papa habló de los dos
aspectos centrales para la vida cristiana: el pan y la palabra
El
Papa Francisco durante su homilía en la Misa celebrada en Molfetta recordó que
no debemos debatir las palabras de Jesús sino acoger el cambio de vida que Él
nos pide “pasando de las palabras a los hechos” como dijo Don Tonino Bello.
Tras
visitar Alessano, El Papa Francisco se desplaza hasta Molfetta, ciudad donde
Don Tonino fue Obispo, para celebrar la Santa Misa. Durante su homilía, el Papa
habló de los dos aspectos centrales para la vida cristiana: el pan y la
palabra.
“El
pan es la comida esencial para vivir y Jesús en el Evangelio se ofrece a
nosotros como Pan de Vida” dijo el Santo Padre. “Es una expresión fuerte –
continuó – comed mi carne y bebed mi sangre”, pero ¿qué significa? Preguntó.
“Significa que para nuestra vida es esencial entrar en una relación vital y
personal con Él” y aseguró que la Eucaristía “no es un bonito rito, sino la
comunión más íntima, concreta y sorprendente que se pueda imaginar con Dios”.
Y
en este contexto, recordó unas palabras de Don Tonino Bello: “no son
suficientes las obras de caridad, si falta la caridad en las obras. Si falta el
amor del que inician las obras, si falta la fuente, si falta el punto de salida
que es la Eucaristía, cada compromiso pastoral resulta sólo un remolino de
cosas”.
Don Tonino vivió para
Jesús y cómo Jesús
Pero
también recordó las palabras de Jesús en el Evangelio cuando dice: “El que me
come, vivirá por mí", como si dijera: “quien se alimenta de la Eucaristía
asimila la misma mentalidad del Señor”, dijo Francisco. Es decir, “Él es Pan
partido para nosotros” y quien lo recibe se convierte a su vez en pan partido
“que no se levanta con orgullo, sino que se da a los demás” aseveró el Papa, de
manera que “deja de vivir para sí mismo, para su propio éxito, para tener algo
o para convertirse en alguien” y vive “para Jesús y como Jesús”. Y Don Tonino –
continuó el Papa- “ha vivido así”.
“Entre
vosotros ha sido un Obispo-siervo, un Pastor convertido en pueblo, que frente
al Tabernáculo aprendió a ser comido por las personas”. Y Soñó con una Iglesia
hambrienta de Jesús e intolerante con todo lo mundano, con una Iglesia que
"sabe cómo percibir el cuerpo de Cristo en los incómodos tabernáculos de
la miseria, el sufrimiento y la soledad”, porque - como decía Don Tonino -
"la Eucaristía no tolera el sedentarismo" y sin levantarse de la mesa
queda "un sacramento inacabado".
“El
Pan de Vida” es también “Pan de Paz” y Don Tonino – continuó el Papa – sostenía
que “la paz no viene cuando uno agarra su pan y se lo come por su cuenta”, la
paz es “algo más” dijo Francisco, “es convivencia” porque “los conflictos y las
guerras encuentran su raíz en el desvanecimiento de los rostros” y nosotros,
que compartimos este Pan de unidad y de Paz, “estamos llamados a amar cara
rostro, a coser cada lágrima a estar presentes en todas partes y ser
constructores de paz”.
Creer en la palabra para
pasar a los hechos
Después,
el Papa habló del segundo aspecto central para la vida cristiana: la palabra.
Muchas veces nos preguntamos ¿cómo puede el Evangelio resolver los problemas
del mundo? ¿A qué sirve hacer el bien en medio de tanto mal? Y de esta manera –
afirmó el Santo Padre – “caemos en el error de esa gente, paralizada en debatir
las palabras de Jesús” en lugar de “acoger el cambiamiento de vida que Él nos
pide”. Y en este respecto, Francisco volvió a citar una frase de Don Tonino,
cuando durante el tiempo de Pascua decía: “acoger esta novedad de vida, pasando
de las palabras a los hechos” porque “A Jesús no se le responde de acuerdo con
los cálculos y las comodidades del momento – aseguró el Papa - sino con
el "sí" de toda la vida. Él no busca nuestras reflexiones, sino
nuestra conversión”.
Al igual que Saulo,
debemos ser valientes pero humildes
Por
último, el Santo Padre reflexionó sobre las palabras del Señor a Saulo cuando
le dijo “Entra en la ciudad” para recordar que también a nosotros nos dice “Ve,
no te quedes encerrado en tus espacios tranquilizadores, arriesga!",
porque después de haber encontrado al Resucitado “tenemos que ir, salir” a
pesar de “todos los problemas y las incertezas” puntualizó el Papa. Y es por
ello, que estamos llamados – continuó el Papa - sea cual sea la situación en la
que nos encontremos “a ser portadores de esperanza Pascual”. “Como decía Don
Tonino, servidores del mundo, pero como resucitados, no como empleados”.
Y
al final, Jesús dice a Saulo: “Te será dicho lo que tienes que hacer” y Saulo -
explicó Francisco – “acepta obedecer, se vuelve paciente y aprende la humidad”
porque humilde no quiere decir ser “tímido o resignado” sino “dócil a Dios”.
“La palabra de Dios libera, levanta, hace ir adelante, humildes y valientes” y
no nos convierte en “los protagonistas establecidos y campeones de su
habilidad” sino “en los auténticos testigos de Jesús en el mundo”.
Mireia
Bonilla – Ciudad del Vaticano
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