“¿Dios abandona a sus hijos cuando son
buenos?”, preguntó el Papa. Luego que todos los niños respondieran que “no”,
Francisco le dijo al pequeño: “Bueno Emanuele, esta es la respuesta”
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El Papa Francisco con el pequeño Emanuele - Foto: Captura de pantalla (Vatican Media) |
Este
domingo, durante su visita a la parroquia de San Pablo de la Cruz, se le acercó
al Papa Francisco un pequeño niño, que llorando le dijo al oído que su papá
había muerto hace poco tiempo y no sabía si estaba en el cielo.
El niño,
de nombre Emanuele, era uno de los menores elegidos para hacerle preguntas al
Santo Padre durante la visita a esta parroquia de Roma. Sin embargo, cuando le
tocó el turno, se tapó la cara y se puso a llorar.
El Papa
le pidió que se acercara y así lo hizo el niño, que durante el trayecto siguió
tapándose el rostro.
Luego de
conversar por un par de minutos, Emanuele regresó a su sitio con los demás
niños.
“Quizá
todos nosotros podríamos llorar como Emanuele cuando tenemos un dolor como
tiene él en el corazón. Él lloraba por el papá. Ha tenido el coraje de hacerlo
delante de nosotros”, dijo el Santo Padre, quien le pidió permiso al niño para
decir su pregunta en público.
El
Pontífice relató que el menor le contó cómo era su padre, que era un gran
hombre, y aunque había hecho bautizar a sus cuatro hijos, él no era creyente.
“¿Está en el cielo papá?”, fue su pregunta.
“Qué
hermoso que un hijo diga que su papá era bueno. Bello testimonio de aquel
hombre para que sus hijos puedan decir de él ‘era un hombre bueno’”, afirmó
Francisco. “Si ese hombre ha sido capaz de tener hijos así, es verdad que era
un gran hombre”, añadió.
“Aquel
hombre –añadió– no tenía el don de la fe, no era creyente, pero ha hecho
bautizar a los hijos. Tenía el corazón bueno. Y él (Emanuele) tenía la duda de
que el papá, al no ser creyente, no pudiese ir al cielo”. “Quien dice quién va
al cielo es Dios”, recordó el Papa.
Entonces,
Francisco preguntó a los niños: “Pero, ¿cómo es el corazón de Dios delante de
un papá así?, ¿cómo les parece a ustedes?”. “Un corazón de papá. Dios tiene un
corazón de papá”, afirmó el Santo Padre.
Luego
añadió: “Y delante de un papá no creyente que ha sido capaz de bautizar a los
hijos, de darles esa grandeza a los hijos, ¿ustedes piensan que Dios sería
capaz de dejarlo lejos de ti (Emanuele)? ¿Piensan eso?”
“¿Dios
abandona a sus hijos cuando son buenos?”, preguntó. Luego que todos los niños
respondieran que “no”, Francisco le dijo al pequeño: “Bueno Emanuele, esta es
la respuesta”.
“Dios
seguramente estaba orgulloso de tu papá, porque es muy fácil que siendo
creyente se bautice a los hijos; que siendo no creyente, bautizarlos. Y
seguramente esto a Dios le ha gustado mucho”.
“Habla
con tu papá, reza a tu papá. Gracias Emanuele por tu valentía”, culminó el
Santo Padre.
Fuente:
ACI Prensa