12 chicas y 3 chicos
presentan un encuentro personal con Jesús camino a la cruz, en el que insertan
situaciones del momento actual. Así son las meditaciones que se leerán este
Viernes Santo en el Coliseo romano
«Hoy
en el mundo de Internet estamos tan condicionados por todo lo que circula en
red que a veces dudo también de mis palabras. Pero tus palabras son distintas,
son fuertes en su debilidad. Tú nos has perdonado, no tienes rencor, has
enseñado a dar la otra mejilla y has ido más allá, hasta el sacrificio total de
tu persona».
Así
es como Greta, una de las autoras del Vía Crucis encargado por el Papa a un
grupo de jóvenes, presenta la undécima estación, «Jesús clavado en la cruz».
Que
todos puedan afrontar los desafíos de la vida, con la fuerza y la fe con la que
tú has vivido los últimos momentos en tu camino hacia la muerte en la
cruz», pide a su vez Chiara, al presentar la tercera caída de Cristo.
Los
autores de las meditaciones del Vía Crucis que se Francisco rezará este Viernes
Santo en el Coliseo son 12 chicas y 3 chicos, coordenados por Andrea Monda,
profesor de la Universidad Pontificia Lateranense y colaborador de La Civiltà
Cattolica. Los jóvenes le hablan directamente a Jesús y plantean varios interrogantes
sobre el mundo actual.
Se
trata de un encuentro personal con Cristo en el camino de la Cruz, en la
Jerusalén de hace más de dos mil años que se actualiza hoy en el mundo actual,
en el que los autores del relato de la Pasión reconocen también la presencia de
Jesús.
«En la oscuridad
resplandecerá la luz»
«Jesús
condenado a muerte». En la primera estación, Valerio lamenta la injusticia de
la multitud que prefiere salvar a Barrabás y no al Señor, rogándole su ayuda
para saber elegir en la vida ante las opciones que se presentan.
«Jesús
con la cruz a cuestas». En la segunda estación, María y Margherita, señalan que
la cruz, «símbolo para el hombre de humillación y dolor, se reverla ahora, por
la gracia de su sacrificio, como una promesa: de toda muerte resurgirá la vida
y en toda oscuridad resplandecerá la luz».
«Jesús
cae por primera vez». En la tercera estación, Caterina le dice al Señor: «Con
tu coraje nos enseñas que los fracasos y las caídas no deben detener nunca
nuestro camino y que tenemos siempre una opción: rendirnos o levantarnos
contigo».
«Jesús
se encuentra con la Madre». En la cuarta estación, Agnese le pide ayuda al
Señor para recordar siempre «el ejemplo de María, que aceptó la muerte de su
hijo como misterio grande de salvación» … Para vivir siempre «con la mirada
puesta en el bien de los otros ya morir en la esperanza de la resurrección y la
certeza de que nunca estamos solos, ni abandonados por Dios ni por María, madre
buena que lleva siempre en su corazón a sus hijos».
El coraje de ser como el
Cirineo
«El
Cireneo ayuda a Jesús a llevar la cruz». En la quinta estación, Chiara, le
ruega al Señor «haz que cada uno de nosotros pueda encontrar el coraje de ser
como el Cireneo que lleva la cruz y sigue tus pasos». Que cada uno de nosotros
sean tan humilde y fuerte como para llevar la cruz de los que encontramos…para
estar abiertos al encuentro también en la diversidad».
«La
Verónica enjuga el rostro de Jesús». En la sexta estación, Cecilia, le ruega a
Jesús: «dame la fuerza para acercarme a las otras personas, a cada persona,
joven o vieja, pobre o rica, querida o desconocida, y de ver en sus rostros tu
rostro…».
«Jesús
cae por segunda vez». En la séptima estación, Francesco, le pide al Señor:
«Recuérdanos que cuando nos equivocamos y caemos, si estamos contigo y nos
aferramos a tu mano, podemos aprender y volvernos a levantar… Haz que los
jóvenes podamos llevar a todos tu mensaje de humildad y que las generaciones
futuras abran los ojos hacia ti y sepan comprender tu amor…»
Afrontar los desafíos de
la vida como Jesús
«Jesús
que encuentra a las mujeres de Jerusalén» En la octava estación, Sofía reza
así: Señor, haz que yo, junto con las mujeres y los hombres de este mundo,
podamos ser cada vez más caritativos para con los más necesitados, como hacías
tú»
«Jesús
cae por tercera vez». En la novena estación, Chiara le ruega a Jesús: «danos el
coraje de ir adelante en nuestro camino. Haz que acojamos hasta el fondo la
esperanza y el amor que nos has donado. Que todos puedan afrontar los desafíos
de la vida, con la fuerza y la fe con la que tú has vivido los últimos
momentos en tu camino hacia la muerte en la cruz».
«Jesús
es despojado de las vestiduras». En la décima estación, Greta le ruega al Señor
«…haz que podamos ver siempre la dignidad de los demás, estimarla y
custodiarla».
Las Palabras de Jesús no
son como las de Internet
«Jesús
clavado en la cruz». En la undécima estación, Greta escribe que «hoy en el
mundo de Internet, estamos tan condicionados por todo lo que circula en red que
a veces dudo también de mis palabras. Pero tus palabras son distintas, son
fuertes en su debilidad. Tú nos has perdonado, no tienes rencor, has enseñado a
dar la otra mejilla y has ido más allá, hasta el sacrificio total de tu
persona». Y le ruega al Señor: … «haz que ante una injusticia, yo pueda tener
el coraje de tomar las riendas de mi vida y actuar de modo distinto».
«Jesús
muere en la cruz». En la duodécima estación, Dante escribe: «Es un misterio
grande Jesús: nos amas muriendo, habiendo sido abandonado…». Y le ruega al Señor:
«…abre mis ojos, haz que yo vea aun en los sufrimientos, en la muerte, en el
fin que no es verdadero fin. Perturba mi indiferencia con tu cruz…».
«Jesús
que es bajado de la cruz». En décimo tercera estación, Flavia reza así: «Señor,
has que en nosotros esté siempre viva la esperanza, la fe en tu amor
incondicional. Haz que podamos mantener siempre viva y encendida la mirada
hacia la salvación eterna y logremos encontrar alivio y paz en nuestro camino».
«Jesús
que es puesto en el sepulcro». En la decimocuarta estación, Marta le
ruega: «Señor… Tú que no miras lo superficial, sino que ves lo secreto y
profundo escucha nuestra voz; haz que podamos descansar en ti, reconocer en ti
nuestra naturaleza, ver en el amor de tu rostro dormido nuestra belleza perdida.
Alfa
y Omega / Vaticannews