Normalmente se celebra la
fiesta el día de su "nacimiento", pero no te confundas de nacimiento
Hace muchos, muchos siglos, cuando el cristianismo estaba en sus comienzos y no estaba en la cabeza de nadie un concepto como el de calendario litúrgico, se comenzó a celebrar la Eucaristía sobre la sepultura de los mártires, y a venerar su memoria.
Al principio, eran los considerados santos de un modo público. Para venerar su memoria, se escogía, con bastante lógica, el aniversario de su martirio. Lo llamaban dies natalis. Literalmente significa el día del nacimiento, el cumpleaños. Pero el “nacimiento” era aquí en realidad el nacimiento a la vida eterna, a la gloria.
El dies
natalis –el aniversario del fallecimiento- siguió siendo a lo largo de los
siglos, y es todavía, el criterio principal para asignar un día concreto a cada
santo.
Sin
embargo, no siempre es posible utilizarlo. En algún caso no se conoce con
exactitud esa fecha. En otros, coincide con fechas de especial solemnidad, que
conviene despejar de otras celebraciones.
Lo
que se hace entonces es buscar una fecha apropiada, atendiendo a varias
circunstancias. La principal son los
calendarios
locales. Me explicaré. Muchos santos han sido venerados en ámbitos
reducidos –una diócesis, un país- antes de ser considerados santos por la
Iglesia universal. Y en esos casos se traslada al calendario universal la fecha
que se utilizaba localmente.
Otros
criterios se pueden referir a efemérides, a sucesos de particular
importancia en la vida del santo en cuestión. Por ejemplo, si se trata de un
Papa, puede ser el aniversario del día de su elección. Éste es el caso de san
Juan Pablo II, ya que el 2 de abril, fecha en que falleció, es una fecha en la
que la mayoría de los años habría que trasladar varios días la celebración, por
coincidir con Semana santa o la semana de Pascua.
Lo
que no se hace es elegir el día del cumpleaños, pues se considera que lo
celebrado no es la llegada a este mundo, sino su triunfo final al acabar esta
vida.
¿Y a
veces se cambia? La fecha no cambia, lo que ocurre es que en algunos casos
se traslada, por no poderse celebrar ese año en la fecha propia. Pongamos un
caso de este 2017. La solemnidad de san José se celebra el 19 de marzo. Pero
este año el 19 de marzo es un domingo de Cuaresma, y ninguna festividad puede
desplazar a un domingo de Cuaresma. Por eso se traslada a la fecha más cercana
posible, y así, en 2017, el día de san José se celebra el 20 de marzo.
JULIO DE LA VEGA-HAZAS
Fuente:
Aleteia