En el diálogo con los jesuitas chilenos abordó el
tema de las críticas a su pontificado en la reconstrucción hecha por Antonio
Spadaro, director de la Civiltá Cattolica
“Por salud mental yo no leo los sitios de
internet de esta así llamada ‘resistencia’. Sé quiénes son, conozco los grupos,
pero no los leo, simplemente por salud mental”, dijo el Papa Francisco a los
jesuitas durante su reunión privada del pasado 16 de enero 2018, texto de la
trascripción publicado por la Revista La Civiltá Católica el 15
de febrero 2018.
El Papa
aseguró que algunas “resistencias vienen de personas que creen
poseer la vera doctrina y te acusan de hereje. Cuando en estas personas, por lo
que dicen o escriben, no encuentro bondad espiritual, yo simplemente rezo por
ellos”.
En su diálogo
con los jesuitas, afirmó que le avisan si “hay algo muy serio me lo avisan para que
yo sepa” respecto a esas críticas.
Asimismo se
mantiene firme en la continuidad de su pontificado con el Concilio Vaticano II:
“Hay gente que no leyó el Concilio. Y si lo leyó, no lo entendió”. Y aseguró: “cuando
percibo resistencias, trato de dialogar, cuando el diálogo es posible, pero
algunas resistencias vienen de personas que creen poseer la vera doctrina y te
acusan de hereje”.
Es normal que hayan
resistencias
Al responder a la cuestión de las
resistencias durante su pontificado y como las vive y discierne afirmó: “Nunca,
frente a la dificultad nunca digo que es una ‘resistencia’. Eso sería faltar al
deber de discernir. Es fácil decir ‘es resistencia’ y no darse cuenta de que en
esa disputa puede haber aunque sea un poquito así de verdad. Y yo me hago
ayudar con eso”.
El obispo de
Roma acepta que le ayuda mucho “examinar bien el significado de las
disputas”. Ahora, “cuando me doy cuenta de que hay
verdadera resistencia, la sufro. Algunos me dicen que es normal que haya
resistencias cuando alguno quiere hacer cambios”.
Las
resistencias – indicó – tienen raíces en el famoso ‘siempre se hizo así’ que
“reina en todas partes”: “¿Si siempre se hizo así, para qué vamos a cambiar? Si
las cosas son así, si siempre se hizo así para qué hacerlas de manera
diversa?”.
Por ello,
alentó a salir de esa gran tentación incluso de personas que aún se resisten al
Concilio Vaticano II. Así, se refirió a las resistencias doctrinales. “Los
historiadores dicen que para que un concilio arraigue hace falta un siglo.
Estamos a mitad de camino”.
Amoris
Laetitia
Sobre Amoris Laetitia, la exhortación
postsinodal, destacó que la Iglesia necesita aprender el discernimiento.
“Nosotros estamos acostumbrados al ‘se puede o no se puede’. La moral usada en Amoris
laetitia es la más clásica moral tomista, la del santo Tomás,
no del tomismo decadente como ese con el que algunos han estudiado”.
Indicó que se
trata de una falta en la formación clásica del clero. “Yo también recibí en mi
formación esta manera de pensar ‘se puede o no se puede, hasta aquí se puede, hasta
aquí no se puede”.
Los novios y el pañuelo
Y luego contó una anécdota. “No sé si vos
te acordás (y aquí el Papa mira a uno de los presentes) de aquel jesuita
colombiano que nos vino a dar moral al Colegio Máximo, cuando tocó hablar del
sexto mandamiento: uno se atrevió a hacer la pregunta: «¿los novios pueden
besarse?». ¡Si podían besarse! ¿Comprenden? Y él dijo: «Sí, sí, si. ¡No hay
problema! Basta que pongan un pañuelo en el medio”. Esta
es una forma
mentis de hacer teología en general. Una forma
mentis basada
en el límite”.
Igualmente,
admite que “las reacciones” más críticas a Amoris Laetitia, son “sobre el
capítulo octavo”: un divorciado «¿puede o no puede tomar la comunión?». Y Amoris
Laetitia, en cambio, va por otro lado totalmente distinto, no entra
en estas distinciones y pone el problema del discernimiento”. Y prosiguió: “Hoy
la iglesia necesita crecer en discernimiento”.
La entrevista
fue transcrita por el padre Antonio Spadaro y se publicó en el número de la
“Civiltà Cattolica” y fue anticipada por el periódico italinoa Il Corriere
della Sera en la edición del jueves 15 de febrero de 2018.
Ary Waldir Ramos Díaz
Fuente: Aleteia