El Papa pide a los párrocos que enseñen la oración de adoración
En su homilía de la Misa matutina celebrada en la
capilla de la Casa de Santa Marta el primer lunes de febrero el Santo Padre
sugirió emplear un poco de tiempo para la oración de adoración, diciendo sólo
las palabras: “Escucha y perdona”
Ir adelante por el camino en subida, hacia la oración
de adoración, con la memoria de la elección y de la alianza, en el corazón. Es
la invitación que hizo el Papa Francisco en la homilía de esta mañana, cuya
reflexión comenzó a partir de la Primera Lectura del día (1 Re 8,1-7.9-13) en
la que se narra que el Rey Salomón convoca al pueblo para subir hacia el
Templo, para trasladar el Arca de la Alianza del Señor.
La alianza desnuda no hecha barroca por tantas prescripciones
Un camino en subida que, diversamente del de la
llanura, no siempre es fácil. Un camino en subida para llevar la alianza,
durante el cual el pueblo cargaba encima su propia historia, “la memoria de la
elección”. Llevaba dos tablas de piedra, desnuda, tal como había sido dada por
Dios, “no – subrayó el Papa – como este pueblo lo había aprendido de los
Escribas”, que la habían “vuelto barroca”, hecha barroca “con tantas
prescripciones”. “La alianza desnuda: yo te amo, tú me amas”: el primer
mandamiento, amar a Dios y, segundo, amar al prójimo. En efecto, en el arca, no
había nada más que las dos tablas de piedra.
El Papa pide a los párrocos que enseñen la oración de adoración
Por lo tanto introdujeron el arca en el santuario y
apenas los sacerdotes salieron del recinto, la nube, la gloria del Señor, llenó
el Templo. Entonces el pueblo entró en adoración: “de los sacrificios que hacía
en el camino en subida al silencio, a la humillación de la adoración”. “Muchas
veces pienso – dijo el Papa – que nosotros no enseñamos a nuestro pueblo a
adorar”.
“Sí, les enseñamos a rezar, a cantar, a alabar a Dios,
pero a adorar… La oración de adoración, ésta que nos aniquila sin aniquilarnos:
en el aniquilamiento de la adoración nos da nobleza y grandeza. Y aprovecho,
hoy, ustedes, con tantos párrocos de nombramiento reciente, para decir: enseñen
al pueblo a adorar en silencio, adorar”.
Además, el Santo Padre exhortó a aprender desde ahora
lo que haremos en el Cielo: la oración de adoración.
Un camino en subida con la memoria de la elección
“Pero, sólo podemos llegar allí con la memoria de
haber sido elegidos, de tener dentro del corazón una promesa que nos impulsa a
ir y con la alianza en la mano y en el corazón. Siempre en camino: camino
difícil, camino en subida, pero en camino hacia la adoración”.
Escucha y perdona
Ante la gloria de Dios, las palabras desaparecen, no
se sabe qué decir, afirmó Francisco. En efecto, tal como se narra en la
Liturgia de mañana, Salomón logra decir sólo dos palabras: “Escucha y perdona”.
Al concluir su reflexión el Papa Bergoglio invitó a “adorar en silencio con
toda la historia encima y pedir: “Escucha y perdona”.
“Nos hará bien, hoy, dedicar un poco de tiempo a la
oración, con la memoria de nuestro camino, la memoria de las gracias recibidas,
la memoria de la elección, de la promesa, de la alianza y tratar de subir,
hacia la adoración, y en medio de la adoración, con tanta humildad decir sólo
esta pequeña oración: ‘Escucha y perdona’”.
María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
Vatican
News