En su mensaje el Santo Padre pone de manifiesto tres convicciones sobre
pastoral vocacional ligadas a tres desafíos a los que debe hacer frente la
Iglesia de hoy
El Papa ha enviado un
mensaje a los participantes del Encuentro Internacional promovido por la por la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las
Sociedades de Vida Apostólica, que este año lleva como tema «Pastoral
Vocacional y la Vida Consagrada. Horizontes y esperanzas».
Se
trata de una iniciativa que quiere ser la aportación de dicho Dicasterio al
próximo Sínodo de los Obispos,
que se celebrará en octubre de 2018 dedicado al tema de: «Los Jóvenes, la fe y
el discernimiento vocacional».
Alrededor
de 800 consagrados, entre ellos coordinadores y animadores de pastoral
vocacional provenientes de todo el mundo, se dieron cita el 1 de diciembre a
partir de las 8,30 de la mañana, en el Ateneo Pontificio Regina
Apostolorum, con el fin de escuchar, compartir y confrontar el importante
tema de las vocaciones. En su mensaje el Santo Padre pone de manifiesto tres
convicciones sobre pastoral vocacional ligadas a tres desafíos a los que
debe hacer frente la Iglesia de hoy.
Convicciones
de la Pastoral Vocacional en la Iglesia actual
La
primera convicción que sugiere Francisco es que hablar de pastoral vocacional
es afirmar que toda acción pastoral de la Iglesia está orientada, por su propia
naturaleza, al discernimiento vocacional, "en cuanto su
objetivo último es ayudar al creyente a descubrir el camino concreto para
realizar el proyecto de vida al que Dios lo llama; por tanto esta no puede
quedar reducida a la mera puesta en práctica de actividades encerradas en sí
mismas ya que así existe el riesgo de caer en proselitismo". En
consecuencia, afirma el Papa, "la pastoral vocacional ha de colocarse en
estrecha relación con la evangelización, la educación en la fe, de forma que la
pastoral vocacional sea un verdadero itinerario de fe y lleve al encuentro
personal con Cristo".
La
segunda convicción, explica el Obispo de Roma, “es que la pastoral vocacional
tiene su humus, es decir su nutriente fundamental, en la pastoral
juvenil y que por consiguiente ambas deben caminar siempre de la mano".
En este sentido, el Papa hace hincapié en que la dimensión vocacional de la
pastoral juvenil "no es algo que se debe plantear solamente al final de
todo el proceso o a un grupo particularmente sensible a una llamada vocacional
específica, sino que ha de plantearse constantemente a lo largo de todo el
proceso de evangelización y de educación en la fe de los adolescentes y de los
jóvenes, que ante todo debe ser dinámico, completo, eficaz y verdaderamente
formativo".
Finalmente,
el Sucesor de Pedro propone una tercera convicción: la oración.
Esta ha de ocupar un lugar muy importante en la pastoral vocacional, "ya
que constituye el primer e insustituible servicio que podemos ofrecer a la
causa de las vocaciones". Así lo dice claramente Jesús: «Orad al Dueño de
la mies que envíe obreros a su mies» (Mt 9, 38), recuerda el Papa
añadiendo que no por ello, "la oración debe verse como un fácil recurso
para desentendernos del trabajar en la evangelización de los jóvenes para que
se abran a la llamada del Señor”.
Desafíos
de la Pastoral Vocacional en el mundo de hoy
Las
convicciones desarrolladas anteriormente en la carta, plantean algunos desafíos
que el Santo Padre considera importante destacar:
El
desafío de la confianza: "Hay que
vencer la fácil tentación que nos lleva a pensar que en algunos ambientes ya no
es posible suscitar vocaciones, tengamos pues confianza en los jóvenes y en el
Señor", escribe el Papa.
El
desafío de la lucidez: "Es necesario
tener una mirada aguda y, al mismo tiempo, una mirada de fe sobre el mundo y en
particular sobre el mundo de los jóvenes".
El
desafío de la convicción en su propia
esencia: "que la pastoral vocacional sea una narración de lo que uno mismo
vive y de lo que llena de sentido la propia vida", ya que, añade el
Sucesor de Pedro, “para proponer hoy a un joven el «ven y sígueme» (Jn 1, 39)
se requiere audacia evangélica; la convicción de que el seguimiento
de Cristo es auténtico".
El
Santo Padre concluye su mensaje escrito, citando dos puntos claves en
cuanto al tema de pastoral vocacional y vida consagrada: el primero es tener
presente que no hay respuestas mágicas para ninguna cuestión y
el segundo, es que a la vida consagrada, como del resto a toda la Iglesia, se
le está pidiendo una verdadera conversión pastoral, no solo de
lenguaje, sino también de estilo de vida, si quiere conectar con los jóvenes y
ofrecerles un camino de fe como propuesta vocacional.
"Qué
nadie les robe la alegría de seguir a Jesucristo y la valentía de proponerlo a
los demás como camino, verdad y vida" (Jn 14, 6), se despide el Papa
invitando a cada uno, incluido él mismo, "a romper sus propios
miedos".
SL-SpC
Radio Vaticano