Regalo del cielo
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estábamos
trabajando todas juntas en la sala de Comunidad. La luz entraba suave y
difuminada por las ventanas, cuando, de pronto:
-¡¡¡Está
nevando!!!
Esta
voz de alarma causó un revuelo impresionante en un instante: ¡todas corriendo a
las ventanas para ver el espectáculo! Al otro lado de la puerta, se oían voces
que iban avisando a las hermanas que estaban de cocina, o en el torno: “¡Está
nevando, está nevando...!”
-Es
todavía mejor la nieve que la lluvia -comentó sor Matilde- La lluvia empapa,
sí, pero, en cuanto sale el sol, se evapora... La nieve se posa, y, cuando sale
el sol, se derrite lentamente, empapando más la tierra...
O,
en otras palabras... la lluvia es más rápida, ¡pero la nieve es más eficaz!
Orando
esto, me he dado cuenta de que, en el fondo, a todos nos gustaría que el Señor
fuese en nuestra alma como la lluvia: ¡que actúe rápido, con fuerza, que se
note el cambio en mí!
Sin
embargo, muchas veces Jesucristo prefiere ser como la nieve: suave, liviana...
prefiere dejar un poso en nuestra alma que vaya calando poco a poco. Puede
parecer más lento, ¡pero es que el Señor quiere empapar hasta el fondo de tu
corazón!
Así
me pasaba a mí con los libros. Cuando entré, le decía a Lety: “¡Leo mucho, pero
me parece que no me aprendo nada!” Y ella me decía: “Tú sigue, que eso se va
quedando dentro...”
Y
es verdad: con el tiempo descubres que hay muchas cosas (no todas) que las
tienes dentro, frases que te salen en el momento preciso, citas que brotan en
la oración... Y entonces empiezas a descubrir que cada minuto entregado al
Señor es una inversión de futuro: ¡en Sus manos, todo da fruto!
Hoy
el reto del amor es que busques un ratito para leer sobre el Señor. Puede ser
un comentario al evangelio, escritos de algún santo... algo que encienda tu
corazón. Tal vez no notes grandes cambios en tu interior, pero, créeme, todo lo
que habla de Cristo, ¡deja poso! A su tiempo, florecerá. ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
