El edificio sagrado se ha
convertido en centro de atención espiritual, también contraria al cristianismo
Madre de todas las
iglesias
La
Archibasílica del Salvador y de los santos Juan Bautista y Juan Evangelista,
como en realidad se llama, está dedicada a Cristo Salvador, sin embargo es más
conocida con el nombre de San Juan, por estar dedicada a los dos santos
principales que llevan este nombre. Fue la primera sede papal por ello tiene el
título honorífico de «Omnium urbis et orbis ecclesiarum mater et caput» (madre
y cabeza de todas las iglesias de la ciudad de Roma y de toda la tierra).
¿Por qué se llama en
Letrán?
Según
una anécdota curiosa que refiere al nombre ‘Lateran’, cuenta que Nerón como
quería un heredero, llamó a varios sabios y doctores para que encontraran la
manera de que él mismo pudiera dar a luz sin necesidad de ninguna mujer y que
si no encontraba un medio rápidamente los mataría a todos. Para salvarse, uno
de ellos le hizo beber una poción que contenía un renacuajo vivo.
Al
tiempo, Nerón comenzó a padecer dolores de estómago muy fuerte y los médicos le
dieron un poderoso vomitivo haciéndole largar ya una rana bastante crecida, el
emperador enseguida la besó, convencido de que era su hija, mientras la corte
gritaba ‘¡Lata Rana! ¡Lata Rana! Que significa rana de pecho o nacida. Como el
palacio del emperador estaba situado donde ahora se levanta la basílica, los
cronistas medievales ingenuos creyeron encontrar un vínculo entre esta leyenda
y el nombre del edificio.
El
nombre de Letrán tiene que ver con Nerón, pero no por esta historia más que
fantasiosa, sino porque el emperador confiscó esas tierras a la familia de
Lateranos que cayó en desgracia por tanto pasó a ser de dominio imperial.
La segunda visión de
Constantino
Con
el tiempo la tierra y la residencia de Letrán pasaron a manos de Constantino
quien los habría donado posteriormente a la Iglesia, tras la Batalla de Ponte
Milvio donde por una visión premonitoria del emperador con el lema “in hoc
signo vince” (en este signo, conquistarás) gana la batalla y en agradecimiento
a Cristo dona la residencia al obispo de Roma.
Un
fresco en otra iglesia famosa cuenta la leyenda aurea de otra visión de
Constantino. En el 313 Constantino fue contagiado de lepra y negándose a
sacrificar niños para usar la sangre y curarse habría soñado que dos
desconocidos llamados Pedro y Pablo les aconsejaba de buscar un eremita llamado
Silvestre quien tenía la solución para su padecer.
Constantino
los confundió con dioses y envió a llamar a Silvestre. Quien le mostró dos
retratos de los apóstoles Pedro y Pablo, en la que el emperador reconoció sus
‘dioses’ del sueño. Entonces Silvestre pidió la liberación de todos los
cristianos capturados, luego lo sumergió en la pila bautismal y el emperador
quedó sanado.
Luego,
cuenta la leyenda, al octavo día recogió el piquete y comenzó personalmente la
excavación para construir la basílica y se llevó doce cargas de tierra sobre
sus hombros.
Las reliquias de San Pedro
y San Pablo
Sobre
el altar hay un baldaquino con dos hermosos relicarios en el que se conservan
las cabezas de san Pedro y san Pablo. Además de las cabezas de los dos
apóstoles otra preciosa reliquia es conservada en la basílica, un fragmento de
la mesa en la que, según una leyenda medieval, Jesús habría consumido con los
Apóstoles la Última Cena.
El juicio a un papa
momificado
La
Basílica de San Juan fue el escenario de uno de los eventos más dramáticos e
insólitos en la historia de la Iglesia Católica, el proceso del Papa Formoso.
Papa
Formoso murió en 896, probablemente envenenado, su sucesor, Esteban VI, se vio
obligado a entablar una demanda contra Formoso, que era culpable de haber
salido al trono pontificio en un modo indebido.
La
momia fue recuperada de la tumba, colocada en un trono en la sala del consejo
para que respondiera a todas las acusaciones que tenía en su contra. La macabra
reunión tuvo lugar en la Basílica con los cardenales y obispos reunidos bajo la
presidencia de Esteban VI. El veredicto dictaminó que el difunto había sido
indigno del pontificado. Todas sus acciones y medidas fueron canceladas, las
vestiduras papales fueron arrancadas de su cuerpo, le cortaron los tres dedos
de la mano derecha utilizados para la consagración y luego su cuerpo fue
arrojado al Tíber.
En
ese mismo año, un terremoto hizo caer parte del techo de la basílica y el acontecimiento
fue considerado un castigo divino por todo lo sucedido.
La tumba que transpira
avisando la muerte de un papa
Al
interno de la basílica se encuentra la tumba de papa Silvestre II, un gran
estudioso medieval que muchos consideraban un mago.
Según
la leyenda en la tumba original cuando se acercaba la muerte de un papa, esta
se humedecía y sudaba agua cuando el papa moría. Pero esto fue sólo hasta el
1864, cuando fue abierta la tumba y encontraron intacto el cuerpo de San
Silvestre II, aunque si por poco tiempo ya que apenas le dio el aire todo su
cuerpo enseguida se redujo en cenizas. Se dijo entonces que fue el último truco
de magia de papa Silvestre II.
Reunión general de brujas
Para
el 24 de junio, solemnidad de la Natividad de San Juan Bautista y coincidiendo
con las tradiciones populares relacionadas al solsticio de verano: las brujas
que acampadas desde la noche anterior delante la basílica, pasan todo el día
festejando, bebiendo excelentes bebidas y comiendo caracoles, mientras tratan
de capturar almas, siguiendo una tradición antiquísima.
Según
la creencia popular en la noche de San Juan, los fantasmas de Herodías y Salomé
que habían decapitado al bautista, fueron condenados a vagar por el mundo para
expiar sus culpas y estos llamaron a todas las brujas a reunirse ese día en los
céspedes de Letrán.
Maria
Paola Daud
Fuente:
Aleteia