Nada nos separará de su Amor
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Hace
unos días recibimos una llamada que nos emocionó. Al otro lado del teléfono se
escuchaba la voz de una persona mayor, pero llena de entusiasmo y alegría.
Pronto,
tras una breve presentación, nos compartía con plena naturalidad que pasa
muchas horas ‘enganchada’ al oxígeno. Y, leyendo uno de los retos, había visto
que hacíamos rosarios y pulseras. Así que en seguida nos expuso el motivo de su
llamada:
-Durante
las horas de oxígeno hago muchos rosarios y pulseras que después me gusta
regalar. Pero, claro, en mi entorno ya he regalado a todos... y, al leeros, he
pensado que, si os parece bien, podría enviaros a vosotras los rosarios y las
pulseras para que los regaléis, especialmente a los enfermos...
Aquel
gesto nos conmovió totalmente. ¡Qué testimonio! Ella, al ver la debilidad de su
cuerpo, ha optado por dar la mano al Señor y entregarle a Él esas horas de su
día. Y así, con esos rosarios, otros enfermos podrán descubrir al Señor en su
enfermedad.
Y
es que sólo Cristo puede llenar de vida nuestra debilidad. Lo que para nosotros
podría ser un peso enorme, Él lo transforma, le da sentido, y llena de alegría
la vida.
Y
así nos llegó su paquete, con aquellos rosarios llenos de cariño y de ilusión.
Y, además, cada uno de los rosarios venía “rezado”. ¿Qué mejor que devolverle
nuestro agradecimiento con otra oración?
Hoy
el reto del amor es orar por los enfermos. Como nos decía en la nota que
acompañaba los rosarios: “que el Señor nos dé la salud, de cuerpo o bien de
alma, que ésta todos la necesitamos”. Hoy presenta al Señor uno a uno a todos
los enfermos que conozcas, y haz una llamada al que sientas que el Señor te
pone en el corazón.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
