La
diócesis de Madrid alargará la duración de los cursillos prematrimoniales e
insistirá en la formación de los catequistas de novios
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Parroquia San Antonio de la Florida, Madrid |
La
intención para un futuro próximo en la diócesis de Madrid es «ir dando las
catequesis de preparación al matrimonio con un acompañamiento más prolongado en
el tiempo, una forma de trabajar que vamos a ir introduciendo poco a poco y de
la que ya tenemos alguna experiencia significativa», afirma el delegado de
Pastoral Familiar, Fernando Simón. Junto a ello, «vamos a insistir en el
cuidado de la acogida de los novios y en la evangelización».
Para
ello, este sábado tiene lugar en el Seminario Conciliar una Jornada de
formación dirigida a catequistas de cursos de novios, en la que se va a
subrayar el anuncio del kerygma propio del matrimonio y la importancia de saber
comunicar bien los contenidos de los cursillos. Con esta jornada, «además de
agradecer y animar mucho a todos los catequistas de cursillos de novios,
queremos ofrecerles recursos prácticos para esta misión», todo para «comunicar
nuestro mensaje mejor y enlazar de la mejor manera posible con las experiencias
y el lenguaje de los novios», asegura Fernando Simón.
Uno
de los encargados de la formación en esta jornada es el salesiano Jesús Rojano,
profesor en el Instituto Superior de Pastoral de Madrid, que hablará
sobre El anuncio del kerigma en las catequesis de preparación al
matrimonio para «ayudar a los catequistas de novios a anunciar lo básico
del Evangelio», afirma a Alfa y Omega. «Siguiendo las indicaciones
del Papa en Evangelii gaudium. El Papa pide centrarse en lo esencial,
presentar la figura de Jesús como alguien fascinante, insistir en que Dios nos
quiere y nos salva. La catequesis debe subrayar el atractivo de creer en Jesús,
más que insistir en mandatos y prohibiciones».
Para
Rojano, «muchos novios llegan a los cursillos prematrimoniales después de
muchos años alejados; por eso hay que recordarles la felicidad que da el
Evangelio, el seguir a Jesús, como un camino hacia su propia felicidad. En el
fondo, es el kerygma de los Hechos de los Apóstoles. El reto es presentar todo
esto de modo que a los novios no les parezca un rollo, sino que les llame la
atención y les haga vibrar».
Rojano
destaca que existe un kerygma propio del matrimonio, una buena noticia
intrínseca al matrimonio cristiano: «El matrimonio es un sacramento porque es
un amor entre el hombre y la mujer que se parece al que tiene Dios por la
humanidad. La invitación que se ha de hacer en los cursos prematrimoniales es
que el amor entre un hombre y una mujer se puede parecer al amor de Dios. Hay
que hacerles ver la parte atractiva del amor, que lo esencial del matrimonio no
es solo un papel, sino una relación que te puede hacer amar como ama Dios,
porque Dios te da su fuerza para amar así».
En
este sentido, «muchos novios eligen como lectura de su boda el canto al amor de
la primera carta a los Corintios, porque quieren y esperan amar así. Es
necesario mostrarles que ese es el amor de Dios, que es el que te hará posible
amar como tú quieres».
Saber comunicar bien
Además
de la insistencia en el kerygma, la jornada contará con un experto en
comunicación de la Fundación Carmen de Noriega, Gonzalo Barriga, que hablará
sobre Estrategias de comunicación en las catequesis de preparación al
matrimonio.
«Vamos
a ofrecer a los catequistas herramientas de comunicación oral y gestual, para
que el mensaje que transmitan sea eficaz y llegue a la cabeza y al corazón de
los que escuchen», dice Gonzalo, quien asegura que «este es un campo de mejora
muy grande dentro de la Iglesia en general, y en el laicado también. El mensaje
del Evangelio no es exclusivo de los consagrados, sino que es de todos los católicos,
y ahí todos tenemos un reto. Podemos aprender a comunicar más y mejor en
nuestro día a día, saber explicar bien, saber dar razones bien. A veces lo
fiamos todo demasiado todo al Espíritu Santo, y eso es bueno porque hay que
confiar, pero debemos ser conscientes de que necesitamos formación y aprender
técnicas nuevas».
Todo
eso no restará frescura y espontaneidad, porque «no se trata de mecanizarlo
todo, ni de crear comunicadores como si fueran clones. Al contrario,
potenciamos la naturalidad, ya que la técnica se puede adaptar a la manera de
ser y de hablar de cada uno, para que potencie nuestras características propias
y nuestros puntos fuertes, que en cada uno son distintos: el humor, los
silencios, el saber contar historias… Cada uno es único e irrepetible, y no hay
una única manera de contar las cosas, pero sí que se pueden contar mejor y de
manera más eficaz».
Juan
Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Fuente:
Alfa y Omega