El
presidente de la Conferencia Episcopal Española envía una carta a su homólogo
mexicano. Numerosos obispos de nuestro país han recurrido a las redes sociales
para manifestar su apoyo y su oración ante el trágico terremoto
«Nos
ha llenado de consternación la noticia del terremoto que ha sacudido a Ciudad
de México y otros estados, causando numerosos muertos y la
destrucción de cuantiosos bienes materiales. En nombre de todos los miembros de
la Conferencia Episcopal Española, y en el mío propio, le envío nuestra
profunda condolencia y nuestra solidaridad en la oración ante el Señor»,
escribe el purpurado español.
Blázquez
encomienda a la Virgen de Guadalupe, «tan querida por el pueblo mexicano», el
pronto restablecimiento de los heridos, el descanso eterno de los difuntos y el
consuelo para quienes hayan perdido familiares y amigos, así como bienes
materiales. «Que el misterio de Cristo, muerto y resucitado, les ilumine la
oscuridad en este difícil momento», apunta.
Y
concluye: «Les rogamos que transmita a los hermanos de la Conferencia Episcopal
de México y a todo el querido Pueblo mexicano nuestros sinceros sentimientos de
dolor por la catástrofe ocurrida y de esperanza en la pronta restauración».
A
esta misiva del cardenal Blázquez en nombre del episcopado español, han sido
numerosos los prelados que, a nivel particular, han mostrado su cercanía y
asegurado su oración por México en estos momentos tan complicados a
través de las redes sociales. Es el caso del cardenal arzobispo de Madrid,
quien escribía en Twitter: «Rezo por nuestros hermanos afectados por el
terremoto y acompaño en su dolor a los familiares de los fallecidos y a todo el
pueblo mexicano».
Por su parte, los obispos de Ávila, Coria-Cáceres y Albacete –Jesús García Burillo, Francisco Cerro y Ciriaco Benavente– encomendaron al pueblo mexicano a su patrona, la Virgen de Guadalupe. También el obispo de Mondoñedo-Ferrol, Luis Ángel de las Heras, y el de Cartagena, José Manuel Lorca, quisieron mostrar su cercanía. «Nos duele todo el daño sufrido y cada tragedia personal», afirmó el primero.
Fuente: Alfa y Omega
