Perdí de vista el objetivo
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ayer
nuevamente se me cayó el móvil al suelo y se dio un buen golpe.
Gracias
a la carcasa no le pasó nada. Como esto me ha pasado más veces, el móvil está
perfecto... pero la funda parece que ha pasado por una guerra: ¡está rota por
unos cuantos sitios! Ya no queda ni una esquina sana...
Ayer,
al recogerla del suelo, me daba mucha pena, ya que me encanta esta carcasa
porque es personalizada, y pensé: "¡Qué rollo que se rompa!"
Sin
embargo, cuando llegué a la oración, me di cuenta de que todo estaba bien, que
la carcasa se tenía que romper, que había sido creada para proteger el móvil,
que, para lo que había sido creada, era para lo que se estaba utilizando. En
ese momento comprendí que me había enfadado porque había dejado de ver el
auténtico fin de la funda: proteger el móvil. Al descubrir esto, inmediatamente
desapareció la pena y me dije: "Todo está bien".
Siempre
que hablaba a sus discípulos, Jesús les mostraba el sentido que tenían las
cosas, les explicaba las parábolas, les mostraba su corazón. Jesús sabía para
qué se había encarnado, y así se lo comunicaba a sus apóstoles. Cristo sabía
que tenía que morir por ti y por mí, para sacarnos de la cárcel en la que
muchas veces vivimos, romper las cadenas de la muerte y, con su resurrección,
darnos vida. Pero vida aquí (porque Él dice que aquí "el ciento por
uno"), y después la vida eterna.
Cuántas
veces perdemos el norte en nuestra vida y ya no sabemos por qué hacemos las
cosas, confundimos lo secundario con lo esencial. Olvidamos para qué sirve la
funda, y queremos perpetuar lo que es caduco.
Hoy
el reto del amor es ordenar tu lista de valores, poner en el centro a Cristo y,
luego, ver qué es lo primero para ti, y lo segundo, y lo tercero... Quizá
descubras que algo secundario se te ha colado como algo principal; en ese caso,
vuelve a colocarlo en su sitio y da prioridad en el día de hoy a la oración y
al amor.
VIVE
DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma