Así lo confiesa Luc
Montagnier, Nobel de Medicina y declarado agnóstico
Danila
Castelli es una mujer italiana que sufría una grave hipertensión y que
tras visitar Lourdes en 1989 quedó totalmente sanada. Este caso supuso el milagro
oficial número 69 que
ha reconocido la Iglesia Católica en este santuario mariano desde la aparición
de la Virgen a la joven Santa Bernadette en 1858.
Desde
aquel momento se han registrado más de 7.000 curaciones
"inexplicables" en Lourdes aunque sólo unas decenas se han
considerado milagros. Y ello es debido a las rigurosas condiciones establecidas
para el estudio de estas curaciones.
Sin
embargo, el debate sobre las apariciones y las curaciones en Lourdes lleva
décadas produciéndose y las burlas y críticas de los ateos más
beligerantes contrastan con el respeto y consideración de profesionales de
reconocido prestigio ante un fenómeno religioso que no deja indiferente a
nadie.
Es
el caso del Premio Nobel en Medicina y Príncipe de Asturias, Luc
Montagnier. Este médico francés es conocido por haber descubierto el virus del
VIH así como por otras importantes aportaciones a la ciencia.
Y
resulta muy interesante conocer la opinión de este reconocido
científico y exdirector del Instituto Pasteur precisamente sobre Lourdes,
un lugar que exige tener una gran fe. Este hecho quedó acreditado en un libro
que recogía los diálogos entre Montagnier y el monje cisterciense, Michel
Niassaut, titulado el Le
Moine et le Nobel.
"No hay necesidad de
negar nada"
En
un momento dado de la conversación salió a relucir las curaciones inexplicables
en Lourdes. ¿Qué opinaría un Nobel de Medicina no creyente sobre este asunto?
Su respuesta significaría un ejemplo de coherencia para el mundo de la ciencia.
"Cuando un fenómeno es inexplicable, si realmente existe, no hay
necesidad de negar nada", afirmaba de manera tajante Luc Montagnier. En
este sentido, el Nobel de Medicina aseguraba que "en los milagros de
Lourdes hay algo inexplicable".
Además,
Montagnier afeaba la conducta de algunos compañeros suyos y decía en este libro
que "muchos científicos cometen el error de rechazar lo que no entienden.
No me gusta esta actitud. A menudo cito esta frase del astrofísico Carl Sagan:
´la ausencia de prueba, no es prueba de ausencia´".
"Los milagros son
inexplicables"
En
este sentido, agregó que "en cuanto a los milagros de Lourdes que
estudié, creo en realidad que es algo inexplicable (…) No me explico estos
milagros pero reconozco que hay curaciones que no están incluidos en el estado
actual de la ciencia".
Como
descubridor del virus del VIH, Montagnier ha tenido una relevancia muy
importante en la segunda mitad del siglo XX y pese a las tradicionales críticas
del mundo anticatólico por el posicionamiento de la Iglesia en cuanto al SIDA,
este científico alaba el papel del mundo católico ante estos dramas.
Su colaboración con la
Iglesia
De
hecho, relata que "con mi colega estadounidense Robert Gallo obtuve una
audiencia con el Papa (Juan Pablo II) sobre la forma en la que podíamos
aumentar nuestra colaboración con el personal que trabaja en la sombra en
las misiones católicas en África. Ellos tratan a las personas afectadas
por el SIDA y hacen prevención contra la propagación del virus".
Esta
importante, y muchas veces olvidada labor, es muy destacada por este Premio
Nobel. "Las órdenes religiosas cristianas han jugado un papel muy
positivo en el cuidado de los enfermos. Reconozco que, en el ámbito de la
atención hospitalaria, la Iglesia ha sido pionera".
La vital labor de la
Iglesia contra el SIDA
"Pude
ver de cerca en mis largos años de investigación del SIDA, sobre todo al
principio, cada día a pacientes condenados a una muerte inevitable. A
menudo la fe y la cercanía de la Iglesia les ayudaron a hacer frente a la
enfermedad y a que no se sintieran abandonados. Es a través de esta
experiencia por lo que siempre he reconocido la contribución pionera e
inestimable de la Iglesia en el campo de la atención hospitalaria",
afirmaba este científico francés
La
estima del agnóstico Montagnier por la Iglesia es grande. Incluso se
ofreció, y ayudó a Juan Pablo II a la hora de frenar el avance del
Parkinson que sufría. En su opinión si los valores del cristianismo
prevalecieran en el mundo, el planeta ganaría mucho. "Hay 2.000 millones
de cristianos, de los cuales 1.100 son católicos. Sus buenos sentimientos están
presentes" pero no son los que gobiernan el mundo. Ojalá, considera, el
amor al prójimo condujera el mundo.
La relación de otro premio
Nobel con Lourdes
Sin
embargo, Montagnier no es el único Premio Nobel que tiene una relación con
Lourdes. Mucha más profunda fue la de Alexis Carrel, Nobel en Medicina en
1912. De hecho, su relación con estas curaciones le llevó incluso a la
conversión al catolicismo.
En
1903 Carrel era un joven médico ateo. Un compañero que iba a acompañar como
doctor a un grupo que peregrinaba a Lourdes no pudo asistir y le pidió que
fuera él quien le sustituyera. Accedió a ir para comprobar personalmente
la falsedad de los milagros que se atribuían a aquel lugar. Pero allí
justamente asistió personalmente a uno de ellos, hecho que le cambió la vida.
Visitó
a una mujer moribunda a causa de la tuberculosis. Observó y analizó todos los
síntomas. Sin duda, moriría pronto. El milagro se produjo ante sus ojos.
Salió de las piscinas y todo había desaparecido. Ese hecho produjo su
conversión, la cual narró en un libro que supuso un escándalo para el
naturalismo escéptico dominante en aquel momento en Francia.
Por:
Javier Lozano