El suicidio asistido y la
eutanasia son dos prácticas que no responden a la ética médica y socavan la
confianza esencial médico-paciente
Además,
los paliativistas advierten de la necesidad de no involucrar a sus unidades en
estos procesos y preservar la objeción de conciencia.
La International
Association for Hospice and Paliative Care se ha mostrado contundente
respecto a la eutanasia y el suicidio asistidos, dos prácticas que cada
vez se extienden más en los países occidentales.
Según
ha publicado en el Journal of Palliative Medicine existen
cuatro razones muy claras para rechazar estos métodos de acabar con la vida
humana.
1.- Vulneran la ética
médica
Los
médicos estudian para sanar o para aliviar, pero no para matar a
sus pacientes, tal y como se especifica en el juramento hipocrático “no
daré ningún medicamento letal a nadie si me lo pide ni sugeriré tal
consejo”, recuerdan en la publicación.
“Los
códigos de la ética profesional pare médicos han aclarado que finalizar la
vida no es pate de las tareas de un médico“, subrayan, al tiempo que
recuerdan que en este mismo sentido ya se han pronunciado la Asociación Médica
Americana y la Asociación Médica Mundial.
“La
eutanasia, que es el acto de poner fin deliberadamente a la vida de un
paciente, aún a petición del propio paciente o a petición de familiares
cercanos, no es ética”, según tiene establecido la agrupación mundial de
galenos.
Sobre
el suicidio médicamente asistido, esta organización agrega que “como la
eutanasia, no es ético y debe ser condenado por la profesión médica. Cuando la
intervención del médico está intencional y deliberadamente dirigida
a permitir que una persona ponga fin a su propia vida, el médico actúa sin
ética”.
2.- Socavan la confianza
de los médicos
La
IAHPC cree que “las prácticas de la eutanasia y el suicidio médicamente
asistido infringen el vínculo de confianza dentro de la profesión médica, el
cual es esencial para la relación médico paciente”.
En
la medida en que los médicos acepten la eutanasia y el suicidio
asistido, los pacientes comenzarán a recelar de las rectas
intenciones de quien le suministra los cuidados paliativos.
Ambas
prácticas “socavan la integridad de la profesión y la dedicación a salvaguardar
la vida humana”, subrayan los facultativos especialistas en cuidados
paliativos.
3.- Los cuidados
paliativos, fuera del proceso
Siguiendo
la lógica de las dos premisas anteriores sobre la vulneración de la ética
médica y la ruptura del proceso de confianza esencial entre médico y paciente,
la asociación internacional de cuidados paliativos aboga por que en
aquellos países donde se legalicen estas prácticas las unidades de cuidados
paliativos queden al margen.
“No
deben ser responsables de supervisar o administrar estas prácticas, ya que esto
podría a los profesionales, a su personal y, en algunos casos, a sus pacientes
y sus familias, en posiciones insostenibles”, explica.
4.- Preservar la
objeción de conciencia
En
estos mismos países se reclama que las disposiciones jurídicas que legalicen la
práctica de la eutanasia y el suicidio asistido deben reconocer derecho que
asiste al personal médico y auxiliar de los centros hospitalarios a
negarse en conciencia a participar.
“La
ley o las políticas deben incluir estipulaciones para que a cualquier
profesional de la salud que se oponga a asistir en la muerte de un paciente se
le permita negarse a participar”, abogan.
Ana Fuentes
Fuente: Actuall