Transformación
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Estoy
aprendiendo a pintar figuras de escayola. He empezado con un grupito de cuatro
angelotes muy simpáticos.
Cuando
ves trabajar a Lety, casi parece que se pintan solos. Cuando eres tú quien
lleva el pincel, la cosa se complica. Para colmo, con estos calores... ¡se me
secaba la pintura! En un momento estaba muy aguada, al instante siguiente
estaba muy espesa...
Me
pasé toda la tarde rectificando la pintura. Y sin grandes resultados.
Aquellos
angelotes, que hacían que la mesa pareciese la entrada al Paraíso celestial,
tras pasar por mis pinceles recordaban más bien la entrada a Urgencias de
cualquier hospital: el uno podría ser diagnosticado de fiebre amarilla, el otro
tenía una palidez mortal, aquel estaba tan colorado que debía de sufrir serios
problemas de circulación...
¡Menudas
diferencias, y sólo por cómo estaba la pintura!
Orando
lo sucedido, descubrí que nosotros, ¡somos como la pintura! ¡Estamos en
constante cambio! Un día nos despertamos dispuestos a comernos el mundo, y al
siguiente no podemos ni con nuestra alma...
El
Señor, que nos conoce muy bien, se adapta a nuestra pobreza, y cada día sale a
nuestro encuentro, para dar alas a nuestro entusiasmo, o para levantar nuestro
ánimo. ¡Cristo sabe adaptarse a lo que necesitas!
Pero,
¿hacemos nosotros lo mismo con los demás?
El
amor no puede ser algo prefabricado, ni algo que se da por supuesto. El ayer
quedó atrás, ¡hoy es un día completamente nuevo! Y el amor, como dice el salmo,
"se renueva cada mañana". Al renovarlo, decides amar a la misma
persona... ¡en las nuevas circunstancias! Y eso es lo que hace Cristo contigo
cada día.
Hoy
el reto del amor es abrirse a la novedad. Te invito a que hoy le digas a Cristo
que le amas, que Él es lo más importante de tu día. Ya que Él renueva su opción
por ti, ¡haz tú lo mismo con Él! Y hoy te invito a tener un gesto de cariño con
alguien cercano. Pero no hagas "lo de siempre"... Observa y ora qué
puede necesitar hoy esa persona. Recuerda que la pintura cambia: ¿necesita más
agua, más calor? Invierte tiempo y cariño en la pintura, ¡y disfruta llenando
de color tu día!
VIVE
DE CRISTO