Usando inscripciones de
hallazgos arqueológicos, Lawrence Mykytiuk ha logrado establecer la precisión
histórica de la sagrada escritura
El
profesor Lawrence Mykytiuk de la Universidad Purdue (Indiana, EE.UU.) está
decidido a determinar si las personas mencionadas en la Biblia existieron de
verdad. Empleando registros arqueológicos, ha podido confirmar las identidades
de 53 individuos.
“Aunque
algunos ponen su mano sobre la Biblia y hacen juramentos sinceros, otros
académicos revisionistas la despreciarían diciendo que es ‘escritura creativa’.
Yo buscaba pruebas concretas y objetivas fuera de la Biblia que ayudaran a
sostener la causa”, declaró Mykytiuk, profesor asociado de Biblioteconomía, en
una nota de prensa.
Mykytiuk
publicó por primera vez sus descubrimientos con la Biblical Archaeology
Society en 2014, cuando escribió que había verificado la existencia de 50
personas mencionadas en el Antiguo Testamento. En abril de este año, actualizó
su estudio para añadir tres más.
Aunque
hay más de 3000 personas nombradas en la Biblia hebrea, Mykytiuk dice que no
hay disponible suficiente información de otras pruebas arqueológicas en forma
de inscripciones para probar su existencia.
Para
los 53 nombres autentificados, Mykytiuk usó inscripciones y su conocimiento de
hebreo, arameo y griego antiguos, junto con dialectos cananeos y otras lenguas
antiguas, para confirmar que esas personas vivieron cuando y donde la Biblia
dice que vivieron.
Después
de años trabajando con individuos del Antiguo Testamento, Mykytiuk planea ahora
empezar una investigación para verificar la existencia de individuos
mencionados en el Nuevo Testamento.
Mykytiuk
emplea en su estudio un riguroso proceso que consta de tres partes. Según una
nota de prensa de la Universidad Purdue, los individuos en la Biblia pueden
identificarse por su nombre, su apellido y su título. Estas tres marcas deben
coincidir con tres marcas en las inscripciones para que sean consideradas una
“concordancia” fiable. Si dos coinciden, es suficiente para considerarlo una
concurrencia, pero una sola coincidencia no es suficiente.
“A
veces el proceso de tres partes no es necesario, como cuando sabemos que la
persona en una inscripción y la persona en la Biblia están ambas conectadas a
una circunstancia única o un evento que encaja con una sola persona”, afirmó
Mykytiuk. “Por ejemplo, Ajab, rey de Israel, gobernó durante el periodo en que
se luchó la famosa batalla de Qarqar en el 853 a. C. Su enemigo asirio escribió
sobre ‘Ajab el Israelita’, uno de los reyes contra quien luchó en esa
particular batalla. Por tanto, Ajab, rey de Israel en la Biblia, y Ajab, el rey
israelita de la batalla de Qarqar en la inscripción asiria, debieron haber sido
la misma persona”.
Mykytiuk
afirma que su investigación ha contribuido mucho a demostrar la credibilidad
histórica de la Biblia.
“Esta
prueba muestra que no es esencial tener fe religiosa para entender y aceptar
mucho de lo que presenta la Biblia. Demuestra que, incluso basándonos en
escritos diferentes de la Biblia, la Escritura tiene un grado considerable de
credibilidad histórica”.
Zelda Caldwell
Fuente:
Aleteia