Con motivo
de esta Jornada, las 70 Cáritas Diocesanas del país rinden cuentas públicas de
su actividad durante el último año
Llamados
a ser comunidad es la propuesta que lanza Cáritas a toda la
comunidad cristiana y al conjunto de la ciudadanía en el Día de Caridad,
que, como cada año, se celebra el domingo 18 de junio, festividad el
Corpus Christi.
Con
esta invitación, se quiere poner de relieve la importancia de que todas las
personas podamos vivir en común en la misma casa, en la Tierra común que nos
acoge a todos, con los mismos derechos y dignidad, que pertenecen a todos los
seres humanos por igual.
Cultivar la acogida y el
intercambio
La campaña
institucional de Cáritas, que cuenta con dos momentos de especial
intensidad en Navidad y en Corpus Christi, llama la atención sobre la necesidad
de colaborar en la realización «de una comunidad humana plural, donde seamos
capaces de reconocer la riqueza que cada persona aporta en la construcción de
la sociedad, cultivando la actitud de acogida y el intercambio enriquecedor, a
fin de crear una convivencia más fraternal y solidaria». Como se señala en los
materiales editados para esta jornada, «se trata de vivir la cultura del
encuentro», en palabras del Papa Francisco.
Eva
Sanmartín, coordinadora de la campaña institucional, asegura que «la acogida y
la apertura a los demás, lejos del miedo que sólo nos lleva a ver riesgos y
peligros, son una oportunidad para descubrir el rostro de Dios en cada hermano
y hermana, para celebrar en comunión los dones y riquezas que nos regala a cada
uno para poner al servicio de la construcción del bien común, que es de todos».
Revisar nuestras
actitudes hacia los migrantes
Para
poner de manifiesto la importancia de esa vida comunitaria en el momento
presente, Cáritas pone el foco en el drama de la movilidad humana que viven hoy
en día millones de personas que se ven obligadas abandonar sus hogares para
asegurar sus vidas o sus derechos básicos. A ese respecto, se hace una
invitación en clave personal a revisa nuestras actitudes hacia las personas
migrantes que conviven con nosotros, en nuestros mismos barrios y comunidades.
«¿Te
has preguntado cómo son sus vidas, cuáles son sus sentimientos, sus sueños?»,
se interroga en el díptico editado para el Día de Caridad, al tiempo que se
invita «a practicar el encuentro y la acogida con otras personas, a ti, a tu
grupo o comunidad, a conocer la vida de los otros, su historia, su camino,
ponerse en su lugar, saber qué necesitan, compartir».
Derechos «menguantes»
Junto
a la acogida, el Día de Caridad sirve también para que cada una de las 70
Cáritas Diocesanas de todo el país rindan cuentas de su actividad anual y
de la evolución de la realidad social de las personas vulnerables a las que
acompañan en sus respectivos territorios y que, en términos generales,
confirman un panorama de derechos «menguantes» ante la crisis económica y un
aumento de las restricciones para el acceso a derechos sociales.
Valores y actitudes a
poner en práctica
La
mejor manera de responder a la llamada a ser comunidad de seres humanos iguales
en derechos y dignidad, bajo el techo de la casa común que es la Creación, pasa
por poner en práctica estos valores y actitudes:
1.
Hacer comunidad, buscar siempre el bien común, ser participativo.
2. Compartir y vivir sencillamente.
3. Hacer un consumo responsable.
4. Ser cooperativo.
5. Tener un compromiso solidario trabajando por la justicia y los derechos para todos.
6. El dinero no rige mi vida.
7. El bien del ser humano es lo primero.
8. Afán de servicio y gratuidad.
9. Cuidado y religación con la Madre Naturaleza.
10. Cultivar la propia profundidad, la espiritualidad, la trascendencia.
2. Compartir y vivir sencillamente.
3. Hacer un consumo responsable.
4. Ser cooperativo.
5. Tener un compromiso solidario trabajando por la justicia y los derechos para todos.
6. El dinero no rige mi vida.
7. El bien del ser humano es lo primero.
8. Afán de servicio y gratuidad.
9. Cuidado y religación con la Madre Naturaleza.
10. Cultivar la propia profundidad, la espiritualidad, la trascendencia.
Fuente:
Cáritas