El
investigador Laureano Benítez ofrece las conclusiones de su trabajo en
"Resurrectio"
Laureano
Benítez es un investigador español que se ha dedicado en los últimos años a
estudiar todo lo relacionado con la muerte y con la resurrección de Cristo.
Fruto de ello son sus libros Crucifixio y Resurrectio, ambos en
la editorial Sekotia, en los que aporta datos que prueban lo sucedido durante
la pasión y la resurrección del Señor.
“La
resurrección fue un hecho real avalado por datos históricos y científicos”,
afirma.
Además
de aportar pruebas que desmienten las “teorías descabelladas acerca del final
de la vida terrena de Jesús –que no murió en la Cruz, que su tumba está en
Cachemira,…–”, Laureano Benítez ofrece cuatro evidencias que demuestran la
resurrección como un hecho cierto.
“La
primera de ellas es el sepulcro
vacío. Los mismos evangelios afirman que los judíos difundieron el bulo de
que sus discípulos habían robado el cuerpo, lo cual evidencia de manera clara
que el sepulcro estaba vacío y que este hecho estaba aceptado por todos, no lo
negaba nadie”, señala.
Además,
“está la Sábana
Santa. Algo le pasó al cadáver para que recibiera la impresión que muestra.
Ahí hay una radiación extraña que se puede asociar con la resurrección. Y
además, que la resurrección fue la de Jesús, no la de otra persona, al cotejar
los datos que dan los evangelios sobre la pasión con las heridas que aparecen
en el lienzo”.
Junto
a ello, “tenemos el cambio experimentado por los Apóstoles, un grupo de
timoratos que de repente se lanza a comunicar al mundo la buena noticia de
Jesús, hasta el punto de dar su vida. Algo muy fuerte les tuvo que pasar para
que actuaran así”.
Por
último, hay que añadir “el triunfo de la Iglesia, que después de 2.000 años
sigue aquí, señal que hay un energía viviente dentro de ella, un ser viviente
que le da impulso”.
Todas
las evidencias muestran que Jesús resucitó, “y además sigue vivo, entre
nosotros. Tantos mártires de ayer y de hoy lo prueban también. Jesús
está vivo, y sigue con nosotros hasta el fin del mundo, una fuerza que vive
dentro de cada uno por la gracia, una persona que lucha en nosotros contra las
dificultades, contra el pecado. No es algo del pasado, es Alguien que vive con
nosotros hoy»”.
Por
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Artículo publicado originalmente por Alfa y Omega