Entrevista
el Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin
“El
mensaje de Fátima es el mensaje central del cristianismo, es el anuncio de que
Jesús ha resucitado y que es el Señor de la historia”; así lo afirma el
Cardenal Secretario de Estado Pietro Parolin, en la entrevista concedida en la
vigilia del viaje del Papa Francisco al Santuario mariano, a nuestra compañera
Bárbara Castelli:
“Creo
que el Santo Padre con este viaje quiere expresar y destacar, además de su amor
y su devoción a la Virgen de los cuales tenemos muchas pruebas y señales – como
por ejemplo, el hecho de que siempre se dirija a Santa María la Mayor para orar
ante la Salus Populi Romani antes y después de cada viaje –en particular, el
respeto y la atención que el Papa lleva a la experiencia mariana del pueblo de
Dios. Una experiencia mariana que ha sabido reconocer en los acontecimientos de
Fátima, ya lejanos (1917), una huella específica de la Virgen del Magnificat”.
“La
Virgen del Magnificat, la Señora del Rosario, que no se ha aparecido a los
ricos, a los poderosos, a personas influyentes, sino a los niños, en un cierto
modo podemos considerarlos como ‘los últimos de la sociedad’, y para usar la
terminología del Papa ‘los descartados’ de la sociedad: ha querido dar
prioridad a estas personas, a esta categoría de personas”.
La
Virgen del Magníficat dio a los pastorcillos de Fátima un mensaje contracorriente, -
puntualiza el Cardenal Secretario de Estado - y esto porque “estaba
enmarcado en un tiempo de guerra”. Un contexto “de odio, de venganza, de
hostilidad, y de choque, de aquella ‘masacre sin sentido’ de la cual hablaba el
Papa Benedicto XV; mientras que la Virgen anunciaba un mensaje “de amor, de
perdón, de la capacidad de sacrificar a sí mismos y de hacer de sí mismos un
don a los demás”.
Los
Santuarios, clínicas del Espíritu. “Creo que en los Santuarios resuena
siempre el anuncio del Ángel a María de que nada es imposible a Dios”. “Un
Santuario se vuelve un lugar de crecimiento espiritual en el momento en que
ayuda a las personas a responder, como María, ‘aquí estoy’”. “María ha sabido
decir sí a esta propuesta de Dios, a este proyecto de Dios y un Santuario puede
ayudar en este sentido a crecer en esta conciencia de que para Dios todo es
posible en el responder generosamente a esta realidad con la ofrenda de la
propia vida”.
A
cien años de la aparición de la Virgen a los pastorcillos, el mensaje de
Fátima aún es actual y el Secretario de Estado explica el por qué: “Creo que el
mensaje de Fátima es el mensaje central del cristianismo, lo que estamos
viviendo sobre todo en este tiempo de Pascua, es decir, el anuncio de que Jesús
ha resucitado, que Jesús está vivo, que Jesús es el Señor de la historia. Se ha
especulado mucho, y tal vez aún todavía se sigue especulando sobre los secretos
de Fátima, pero en un cierto sentido son especulaciones sin sentido, porque lo
que quería decir Fátima lo ha dicho públicamente y abiertamente. Y éste es el
mensaje central de la fe, de nuestra fe cristiana, de nuestra fe católica”.
Una
visión diferente de la vida. La vida que se convierte en una peregrinación al
Señor Jesús; una peregrinación sostenida por la fuerza del Evangelio y
constantemente renovada por el poder del Evangelio: “La misión
profética de Fátima es la de volver a llamar a la iglesia a lo que ella
es, a lo que debe seguir siendo, lo que debe permanecer y anunciar en el mundo
actual, que es una comunidad que proclama los nuevos cielos y la nueva tierra,
y que los espera y casi los anticipa – como diría el Concilio - sumergiéndose
en las llagas de la historia, sobre todo en las más oscuras y dolorosas con la
fuerza del amor para cambiar esta historia. Este es el mensaje profético de
Fátima y el mensaje profético de la Iglesia, que, en cierto sentido,
coinciden”.
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