Costurera
en apuros
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Dispuesta
a comenzar el trabajo, saqué mi bata y un pantalón de chandal. Descubrí que el
pantalón tenía una etiqueta kilométrica.
"Esta
vez no voy a asustarme pensando que se me ha subido un insecto", pensé
mientras cogía las tijeras.
Enganché
la etiqueta y... ras, ras, ¡clonc! Los primeros milímetros se cortaron
fenomenal, pero, de pronto, las tijeras se engancharon.
-
¡Oh, vaya! ¡No me lo puedo creer!
Apreté
con más fuerza, ¡no se me podían haber estropeado!
Nada,
seguían enganchadas. Un poco más de fuerza y... unos pelitos grises cayeron
suavemente al suelo.
-¡¡Aaaaaaaaaagh!!
Las
tijeras funcionaban estupendamente. Lo que pasa es que me había salido de la
línea y no estaba cortando sólo la etiqueta: ¡¡estaba cortando el pantalón!!
Reconozco
que le di gracias al Señor... ¡por haber parado a tiempo!
Y
es que muchas veces comenzamos el día estupendamente, como los primeros cortes
de mis tijeras, ¡todo fluye sin problema!
Pero,
¡ay!, de pronto algo se nos tuerce: una mala contestación, un cuarto
desordenado, un trabajo que no llega a tiempo... ¡se nos atascan las tijeras!
Pero
lo grave del asunto llega a partir de ahí. Sí, porque podemos intentar seguir
cortando de mal genio, a base de fuerza... pero, si nos hemos salido de la
línea del amor, lo más seguro es que acabemos cortando lo que no debemos, ¡y
preparando un buen estropicio!
Cuando
sientas que tus tijeras comienzan a atascarse, ¡detente a escuchar! El Señor te
invita a parar un momento. Tal vez la "etiqueta kilométrica" de
asuntos pendientes no te permite ver con claridad... pero, si te sientas un
momento con Cristo, Él la levantará, abriendo tus ojos a la tela que hay detrás:
los hermanos. Acabar con la etiqueta es importante... que el pantalón siga
entero, es fundamental.
Hoy
el reto del amor es volver a la línea del amor. Si sientes que se te atascan
las tijeras, ¡es que te has salido del camino! No te preocupes, lo importante
es no seguir cortando, ¡parar a tiempo! Deja que Cristo te desatasque antes de
hacer un buen agujero. Si te atascas, para con Él... ¡y apuesta por el amor!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
