A través de su Carta
Apostólica con forma Motu Proprio “Sanctuarium in Ecclesia”, el Papa Francisco
aprobó la creación de Santuarios Internacionales para impulsar la Nueva
Evangelización
Con
el Motu Proprio “Sanctuarium in Ecclesia”, firmado el 11 de febrero, Fiesta de
Nuestra Señora de Lourdes, y publicado hoy por la Oficina de Prensa de la Santa
Sede, el Papa también transfiere las competencias de los Santuarios
católicos al Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
Según
el contenido de la Carta Apostólica, estos Santuarios Internacionales estarán
provistos de sus propios estatutos que se ajustarán a lo establecido en el
Código de Derecho Canónico, en los cánones 1232 y 1233.
La
Carta Apostólica señala que “los Santuarios están llamados a desempeñar un
papel en la Nueva Evangelización de la sociedad de hoy, y que la Iglesia está
llamada a poner en valor, pastoralmente, los impulsos del corazón que se
expresan por medio de las peregrinaciones a los Santuarios y a los lugares de
devoción”.
En
el Motu Proprio, el Santo Padre también establece que será competencia del
Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización “el estudio y
actualización de los procedimientos que favorecen el papel evangelizador de los
Santuarios y el cultivo en ellos de la religiosidad popular”.
“La
promoción de una pastoral orgánica de Santuarios como centros impulsores de la
Nueva Evangelización” dependerá, asimismo, de dicho dicasterio.
El
Pontificio Consejo se encargará, por otro lado, de “la promoción de encuentros
nacionales e internacionales para favorecer una obra común de renovación de la
pastoral de la piedad popular y de la peregrinación a los lugares de devoción”.
Además,
será responsabilidad suya “la promoción de la formación específica de los
trabajadores de los Santuarios y de los lugares de piedad y de devoción”, al
igual que “la vigilancia para que se ofrezca a los peregrinos, en los lugares
de peregrinación, una coherente y sostenida asistencia espiritual y eclesial
que permita un mayor fruto personal de esa experiencia”.
Por
último, le corresponderá al Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva
Evangelización “la puesta en valor cultural y artística de los Santuarios”.
El
Pontífice reconoce en esta Carta Apostólica que “la piedad popular encuentra en
el Santuario un lugar privilegiado donde poder expresar la bella tradición de
la oración, de la devoción y de la confianza en la misericordia de Dios
inculcadas en la vida de cada pueblo”.
Los
Santuarios, lugares donde, según diversas tradiciones se encuentran las tumbas
de los Apóstoles, o donde la piedad popular “ha visto la misteriosa presencia
de la Madre de Dios, de los Santos y de los Beatos”, señala Francisco, “ofrecen
una oportunidad insustituible para la evangelización en nuestro tiempo”.
“Estos
lugares, a pesar de la crisis de fe que afecta al mundo contemporáneo, aún se
perciben como espacios sagrados a los que acuden los peregrinos para encontrar
un momento de tranquilidad, de silencio y de contemplación en la vida,
frecuentemente frenética, de nuestros días”.
“Los
Santuarios –continúa el Papa–, pueden ser un verdadero refugio para encontrarse
a uno mismo y para encontrar la fuerza necesaria para la propia conversión. En
el Santuario los fieles pueden recibir un apoyo para su camino ordinario en la
parroquia y en la comunidad cristiana”.
Por
lo tanto, “caminar hacia el Santuario y participar en la espiritualidad que
estos lugares expresan son ya un acto de evangelización, que merece ser
destacado por su intenso valor pastoral”.
El
Obispo de Roma resalta en esta Carta Apostólica que, “por su naturaleza, el
Santuario es un lugar sagrado donde la proclamación de la Palabra de Dios, la
celebración de los Sacramentos,
en particular el de la Reconciliación y la Eucaristía, y el testimonio de la
caridad, expresan el gran empeño de la Iglesia por la Evangelización”.
“A
través de la espiritualidad propia de cada Santuario, los peregrinos son
conducidos con la pedagogía de la evangelización”.
Por
último, el Papa Francisco subraya que “en el Santuario se abren las puertas a
los enfermos, a las personas con discapacidades y, sobre todo, a los pobres, a
los marginados, a los refugiados y a los migrantes”.
Por
Miguel Pérez Pichel
Fuente;
ACI