Al contrario de lo que
afirma la leyenda negra en torno al Cardenal Pacelli, los nazis lo llamaban “el
amante de los judíos” y lo odiaban tanto que quisieron evitar que fuera elegido
Papa en 1939
Una
reciente investigación dada a conocer recientemente reveló que muchos de los
lugares que acogieron a judíos durante la persecución nazi en la Segunda Guerra
Mundial eran instituciones de la Iglesia Católica.
Esta
información constituye una razón más para derribar la leyenda negra sobre
el Papa Pío XII a quien algunos acusan de antisemita y “cómplice” de
Hitler cuando en realidad ayudó a salvar a unos 800 mil judíos
Según
informó el Catholic Herald, la Fundación
Internacional Raoul Wallenberg, un instituto de investigación histórica, se
dedica actualmente a buscar los lugares que acogieron a los judíos durante la
Segunda Guerra Mundial para colocarles una placa conmemorativa como gesto de
gratitud por su labor de rescate. A estos lugares los denomina “Casas de Vida”.
El
presidente de la Fundación, Eduardo Eurnekian, indicó que “para nuestra
sorpresa, nos enteramos que la gran mayoría de Casas de Vida eran
instituciones relacionadas con la Iglesia Católica, que incluían conventos,
monasterios, internados, hospitales, etc.”.
A
la fecha el instituto ha localizado más de 500 “Casas de Vida” en Italia, Francia,
Hungría, Bélgica y Polonia.
Según
informó la fundación en su sitio web, uno de los últimos lugares católicos
en ser reconocidos como “Casa de Vida” ha sido el Collegio San Giuseppe
Instituto De Merode en Roma el 14 de febrero. Este lugar abrió sus puertas
clandestinamente a los judíos y les proporcionó alimentos y medicinas hasta el
final de la Segunda Guerra Mundial.
Actualmente
la fundación está enfocada en encontrar más de estos lugares de acogida en
Italia.
En
un artículo publicado en el Catholic Herald, se estima que solo en la
ciudad de Roma cerca de 4,500 judíos encontraron refugio en iglesias,
conventos, monasterios e internados. Durante el tiempo en que sucedió todo
esto, el Papa era Pío XII.
Cuando
aún era Cardenal, Eugenio Pacelli ya había tenido gestos de ayuda hacia los
judíos. En 1937 el Papa Pío XI publicó la encíclica “Mit Brennender Sorge” (Con
ardiente inquietud) escrita en alemán donde condenó el nazismo. Pacelli, su
secretario, lo ayudó a redactarla.
Cuatro
años después, el Purpurado negoció el acuerdo entre la Santa Sede y
Alemania para garantizar la libertad religiosa de los católicos en el país.
Al
contrario de lo que afirma la leyenda negra en torno al Cardenal Pacelli, los
nazis lo llamaban “el amante de los judíos” y lo odiaban tanto que quisieron
evitar que fuera elegido Papa en 1939.
Para
entonces, el Purpurado ya había hecho más de 50 protestas contra la política
nazi. Incluso ayudó a obtener la libertad de un músico judío llamado Ossip
Gabrilowitsch que huyó a Estados Unidos y años más tarde se convirtió al
catolicismo.
Tras
la muerte de Pío XI, el Cardenal Pacelli fue elegido Sucesor de San Pedro y
tomó el nombre de Pío XII.
Siendo
Papa, incrementó sus actividades de ayuda a los judíos. Se estima que con su
obra se lograron salvar unos 800 mil. El Santo Padre los escondía en el
Vaticano, sobre todo en Castel Gandolfo, la residencia estival de los Papas.
Llegó
a ceder su propia cama para que mujeres judías dieran a luz allí. En total
nacieron 42 niños y muchos de ellos fueron llamados Eugenio como acción de
gracias a la ayuda del Papa.
También
entregó a Israel Zolli, el entonces gran rabino de Roma, un considerable aporte
en oro para completar los 50 kilos que los nazis le pidieron entregar a los
judíos, algo que no evitó una gran redada en la que volvió a esconder a muchos.
Este
y otros gestos hicieron que el rabino se convirtiera al catolicismo,
bautizándose con el nombre de Eugenio.
La
protección de Pío XII a los judíos y su firmeza moral hicieron que
los nazis idearan un plan para secuestrarlo en 1944 cuando el régimen había
ocupado Roma. Sin embargo nunca pudieron realizarlo.
El origen de la leyenda
negra
Un
ex espía de la KGB, Ion Mihai Pacepa, denunció
en un artículo publicado en el National Review Online que el Kremlin y
la inteligencia rusa armaron un plan llamado “Asiento 12” para destruir la
autoridad moral de la Iglesia Católica en la década de 1960.
Pacepa
indicó que el principal objetivo era el Papa Pío XII debido a que había
fallecido hacía dos años y, como decía el entonces Presidente de Rusia, Nikita
Khrushchev, “los muertos no pueden defenderse”.
Pacepa
contó que la KGB “quería presentarlo como un antisemita que había alentado el
holocausto de Hitler”. Para lograrlo le pidieron modificar algunos documentos
originales del Vaticano.
El
espía rumano envió cientos de documentos a la KGB relacionados con Pío XII. Sin
embargo, no encontró ninguno que incriminara al Papa, por lo cual los alteró.
Estos
documentos fueron la base para la obra de teatro “El Vicario” escrita y
publicada en 1963 por el alemán Rolf Hochhuth. En ella se presenta a Pío
XII como un Papa partidario de los nazis e indiferente al holocausto judío. La
obra llegó a traducirse a 20 idiomas.
"Hoy
en día, mucha gente que nunca escuchó de ‘El Vicario’ está sinceramente
convencida de que Pío XII fue un hombre frío y despiadado que odiaba a los
judíos y que ayudó a Hitler a eliminarlos", manifestó Pacepa.
En
1964, el Papa Pablo VI ordenó hacer una investigación sobre la conducta de Pío
XII en la Segunda Guerra Mundial. Esta demostró que tanto el Pontífice como la
Iglesia Católica ayudaron mucho a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
En
1999 el autor John Cornwell publicó su libro “El Papa de Hitler”, que también
defiende la tesis de que Pío XII era antisemita.
En
una entrevista concedida al diario español la Vanguardia, el
Papa Francisco, lamentó que se haya generado una concepción errada sobre Pío
XII y que se le “haya tirado encima de todo” al Pontífice que ayudó
a salvar unos 800 mil judíos del holocausto perpetrado por los nazis.
El
Santo Padre recordó que tras la muerte de Pío XII la entonces Primera Ministra
de Israel envió una carta que decía: “compartimos el dolor de la humanidad.
Cuando el Holocausto golpeó a nuestro pueblo, el Papa se expuso en defensa de
las víctimas”.
Por María Ximena
Rondón
Fuente:
ACI Prensa