Un pueblo de Cuenca
(España) hace un llamamiento en busca de una Congregación
Desde
hace más de 500 años en el pueblo de Villamayor de Santiago siempre hubo
monjas. Desde que en 2014 las Franciscanas de la Misericordia se vieron
obligadas a dejar el convento los habitantes de la localidad se encuentran
huérfanos. Les falta vida.
Las religiosas estaban muy implicadas en la vida del
pueblo y siempre ayudaban a los vecinos. Entre sus encargos se encontraban la
educación de los niños, el cuidado de los ancianos y otras labores sociales.
Tras
irse las monjas y al quedar el edificio vacío se ha llevado a cabo una profunda
restauración. El obispado y la Diputación de Cuenca han acometido la
restauración de la iglesia del convento. Entre otras obras, se ha renovado la
cubierta de los siglos XVI y XVII, se sanearon las humedades y se pintó el templo.
También
los vecinos se han implicado en la reforma y han recaudado dinero para arreglar
las instalaciones, que consisten en 25 habitaciones, comedor, cocina e incluso
un invernadero.
Desgraciadamente
esta situación, la de un edificio o convento que queda vacío sin comunidad
religiosa, se está dando en muchos pueblos de España. Los vecinos de Villamayor
de Santiago, no obstante, se niegan a que esto pueda suceder y por eso buscan
una congregación, unas religiosas que quieran vivir y formar parte de su
pueblo.
Monjas que buscan
convento
A 310
kilómetros de allí, en Valladolid nos encontramos hace un tiempo con la
situación contraria. 30 monjas que atrapadas por la crisis y la burbuja
inmobiliaria se vieron amenazadas de desahucio. Se quedaron sin un convento,
sin un hogar. Es la congregación de las Carmelitas Samaritanas del Corazón de
Jesús, que también, en ese momento, pidieron ayuda: Buscan un lugar, un
convento.
Debido
a las deudas, se vieron obligadas de dar su inmueble al banco como dación
en pago. No tienen deudas pero tampoco hogar.
El
banco les dio un margen de tiempo e incluso les ofreció el quedarse si
pagan un alquiler. Las monjas buscaron nuevo emplazamiento y rápidamente
se les buscó una solución. Rápidamente desde el Arzobispado de Oviedo se les
ofreció un lugar: el Monasterio de Valdediós.
Villamayor
de Santiago espera a que vuelva a ocurrir. Monjas, religiosas que necesiten
cambiar de lugar o que quieran ampliar su congregación en otro convento o
monasterio. El pueblo así lo espera. Quieren seguir teniendo monjas entre sus
vecinos…
ALVARO
REAL
Fuente:
Aleteia