Los cristianos son “los mártires de nuestros tiempos” y que “están dispuestos a dar su vida y a que les corten la cabeza por testimoniar a Jesucristo”
El
15 de marzo se cumplieron seis años desde que estalló la guerra civil en Siria
que ha dejado un saldo de más de 320.000 muertos y más de seis millones
desplazados.
En
todo este tiempo la Iglesia ha luchado por mantener viva
la fe de los cristianos que son perseguidos por los extremistas y por ayudar de
manera muy concreta en lo material a todos aquellos que sufren.
Según informó Cáritas italiana en un informe durante
los seis años de guerra las organizaciones eclesiásticas, las congregaciones y
las diócesis han desplegado unos 5 mil voluntarios para repartir ayuda
humanitaria.
Su
labor ha consistido en distribuir alimentos, brindar asistencia médica, proveer
de viviendas y apoyar a las familias en la educación.
Según un informe
elaborado por la Oficina de Coordinación para los Asuntos Humanos de la ONU actualmente
hay 13,5 millones de personas en situación de necesidad en Siria, de las cuales
5,8 millones son niños. También hay 6,3 millones de personas que han sido
desplazadas de sus hogares. De esas 170 mil están varadas en las fronteras del
país.
Cáritas indicó
que entre los años 2015 y 2016 la Iglesia envió 117 millones de dólares,
dinero que ha beneficiado a más de cuatro millones de personas.
“Sin
embargo, la Iglesia siria no solo trabaja en el ámbito de la asistencia
humanitaria, sino también en mantener viva la actividad pastoral y espiritual.
De estas dos la necesidad es mayor, debido a las enormes dificultades que vive
la población, especialmente los cristianos”, indicó Cáritas en su informe.
En
estos seis años se ha conocido los testimonios de religiosos que han acompañado
a los cristianos en el dolor y de misioneros extranjeros a quienes se les
ofreció la oportunidad de volver a sus países cuando estalló el conflicto, pero
ellos optaron por quedarse.
Una
de estos es el de la Hermana Guadalupe del Instituto del Verbo Encarnado (IVE).
Esta religiosa argentina llegó a Siria en el 2011, justo el año en que comenzó
la guerra. Ella ha hablado en varias ocasiones sobre los sufrimientos de los
cristianos en el país.
En una entrevista concedida a ACI Prensa,
dijo que los cristianos son “los mártires de nuestros tiempos” y que “están
dispuestos a dar su vida y a que les corten la cabeza por
testimoniar a Jesucristo”.
El IVE tiene dos casas en Alepo, una de las
ciudades más castigadas por el conflicto. En ambas alojan a decenas de
estudiantes provenientes de diversas partes del país. También acogen a familias
que fueron a refugiarse allí porque sus casas fueron destruidas por los
bombardeos.
En
Alepo los salesianos también tienen un oratorio. Un sacerdote salesiano
originario de esta ciudad, el P. Pier Jabloyan, explicó a ACI Prensa que
allí desarrollan su labor pastoral para atender a 750 niños.
Con
su trabajo buscan ayudarlos en su educación y “generar un ambiente pacífico”
para que conozcan a Cristo.
“Esta
es la misión de los salesianos con la gente de Alepo. Somos tantos los
religiosos que decidimos quedarnos como los franciscanos, jesuitas, las
misioneras de la caridad y tantas congregaciones que están empeñadas en
socorrer al máximo posible de gente que sin ayuda no pueden vivir”, expresó el
P. Jabloyan.
Otro
sacerdote salesiano que decidió quedarse en Siria es el P. Alejandro León,
originario de Venezuela. El presbítero contó a ACI Prensa que se dedica a trabajar
con jóvenes. Los ayuda a formarse para que puedan ayudar a
reconstruir su país.
Otra religiosa que ha obrado a favor de los cristianos
es la Madre Agnes, originaria de el Líbano. Luego de que estalló la
guerra, esta religiosa de 65 años ha salvado de la destrucción el patrimonio
cultural de los cristianos. Extrajo los iconos, manuscritos y lienzos del
monasterio de Santiago el Mutilado, ubicado 60 kilómetros al norte de Damasco.
La
Madre Agnes indicó que más de 120 iglesias y monasterios han sido destruidos en
Siria. Ella narró cómo los yihadistas saquearon en el año 2013 la ciudad de
Malula, donde aún se habla arameo, la lengua de Cristo.
Esta
religiosa también ha sido intermediaria para la liberación de los cristianos
secuestrados. En 2014 negoció por teléfono con el líder máximo de Al Qaeda en
la zona fronteriza con el Líbano la liberación de nueve monjas greco-ortodoxas
secuestradas.
Por
su parte, Mons. Giampietro Dal Toso, Secretario Delegado del Dicasterio para el
Servicio del Desarrollo Humano Integral y que viajó en enero a Siria, destacó
la colaboración ecuménica entre cristianos, especialmente en Alepo.
“Los
obispos católicos, por ejemplo, si están en la ciudad, se reúnen todas las
semanas para comprender mejor las necesidades de la población. En su trabajo no
distinguen entre cristianos de diferentes confesiones. Ayudamos a todos”, expresó en una entrevista concedida a ACI Prensa.
Mons.
Dal Toso también dijo que la Iglesia Católica se está ocupando de impulsar la
educación. Según informó Cáritas, cerca de dos millones de niños no van a la
escuela y que por la guerra han cerrado 7.400 centros educativos.
“Esta
es una de nuestras prioridades más importantes: dar una educación a esos niños
y jóvenes que no tienen escuelas. Hay una necesidad de preparar a profesionales
para el futuro”, dijo.
El
pasado 10 de marzo la subdirectora de la Sala de Prensa de la Santa
Sede, Paloma García Ovejero, informó que el Papa Francisco ha enviado 100 mil euros para ayudar
a los pobres de Alepo en Siria.
El
Pontífice ha hecho en repetidas ocasiones un llamado a la paz. En diciembre de 2016 envió una carta al presidente
Bashar al-Assad por medio del Nuncio Apostólico en Siria,
Cardenal Mario Zenari.
En
ella pidió al mandatario sirio “ que se ponga fin a la violencia, para que se
resuelvan las hostilidades de forma pacífica, y para que se condenen todas las
formas de extremismo y de terrorismo con independencia de su signo”.
Cronología del conflicto
La
guerra civil siria comenzó el 15 de marzo de 2011 con protestas contra el
gobierno de Bashar al Asad. Estas cobraron fuerza en la localidad de Deraa, en
el sur de Damasco, luego de que arrestaran y torturaran a estudiantes
sospechosos de haber escrito frases contra el gobierno en las paredes de la
ciudad.
En
julio de ese año un coronel sirio que estaba refugiado en Turquía creó el
Ejército Sirio Libre (ESL) y se sumaron a la rebelión grupos islamistas.
En
el 2012 ciudades como Homs y Hama fueron escenario de enfrentamientos
sangrientos entre los rebeldes y el régimen. El ESL atacó Damasco, pero fue
reprimido por el gobierno. Sin embargo, conquistó algunas zonas de la
periferia.
La
guerra se intensificó en el 2013 cuando el ejército sirio comenzó a utilizar
armas químicas para atacar los sectores controlados por los rebeldes. En el
norte del país el Frente Al Nusra, que cambió su nombre a Fateh Cham, cobró
fuerza.
En
2014 el Estado Islámico invadió el noreste de Siria y convirtió a la ciudad de
Raqqa en su bastión.
En
septiembre de 2014, una coalición internacional liderada por Estados Unidos
comenzó a bombardear las zonas ocupadas por los yihadistas. En 2015, Rusia
también empezó a ejecutar ataques contra los terroristas. A raíz de esta
intervención el gobierno pudo recuperar algunas zonas controladas por los
rebeldes.
En
diciembre de 2016, tras un año de intensos combates y bombardeos, el ejército
sirio liberó la ciudad de Alepo, la segunda más importante después de la capital
Damasco.
Por María Ximena Rondón
Fuente:
ACI