El Sagrario siempre brilla
Hola,
buenos días, hoy Verónica nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Una
monja de la comunidad suele tener dolores muy fuertes de cabeza que le impiden
hacer muchas cosas. El otro día me impresionó porque empezó a enumerar todas
esas cosas que le costaban, sin embargo, no se quedó ahí; al terminar, dijo:
"Pero el Sagrario siempre brilla. Y cada vez que siento esta debilidad,
voy al Sagrario y me vuelve la paz".
Escuchando
a esta hermana, le daba muchísimas gracias al Señor porque Él no nos deja
tirados en nuestras debilidades. Él siempre está ahí para levantarnos. Y justo
en eso que menos queremos, que eliminaríamos de nuestra historia... Cristo
quiere entrar y llenarlo de misericordia. A tu día, tan lleno de
preocupaciones, penas y alegrías, quiere darle sentido.
Puede
que lo veas todo negro en este tiempo de Cuaresma que la Iglesia nos regala
vivir: cenizas, ayuno, abstinencia. Cuarenta días son muchos... ¿luego resucita
un domingo, y ya? ¡No! ¡Luego tenemos 50 días de alegría pascual! ¡El Sagrario
nunca deja de brillar! "Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin
del mundo". Si hoy sientes que tu situación personal (con tu familia, en
tu trabajo, estudios, con tus amigos o compañeros) va mal, y sientes que no
llegas al listón que tú mismo te has puesto, deja que Cristo tome las riendas.
¿Te fías? Pero no repartas el peso entre tú y Él, déjale el control total de tu
vida. Pon en sus Manos especialmente aquello que borrarías de ti, porque, hasta
que no se lo entregues, no va a poder entrar en esa circunstancia, ni mostrarte
su amor en ella.
El
Sagrario siempre brilla. Por las referencias que tenemos, solemos pensar que
Cristo es igual que nosotros, y es muy habitual que nosotros seamos bastante
inconstantes: un día sí que voy a misa; otro día, no; un día me sale rezar;
otro día, no...y no podemos entender que Él siempre, siempre, permanece: Él es
"el constante", el que te ama siempre, el que perdona siempre, el que
apuesta por ti siempre.
Hoy
no te quedes en el dedo que señala, mira hacia lo que está señalando, hacia Él.
Te invito a no quedarte en las oscuridades, en la Cuaresma, sino a mirar más
allá, y verás que Él es luz y Resurrección.
Hoy
el reto del amor es que acudas a un Sagrario y le pidas la experiencia de Su
Amor, que sientas que Cristo está ahí y que brilla más fuerte que nunca para
iluminar y dar luz a cada oscuridad de tu corazón.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma