CÓMO DEFENDER LA FE SIN LEVANTAR LA VOZ

Un libro para conocer a fondo los temas más controvertidos del catolicismo y despertar el interés de tu interlocutor

“El enemigo de este planteamiento es el deseo de vencer, de derrotar al adversario. Rivalidades, vencedores y vencidos, nosotros y ellos… Esa es la mentalidad de nuestro mundo”.

Esta afirmación contenida en el prólogo de Cómo defender la fe sin levantar la voz es el mejor resumen de lo que este libro intenta evitar: la confrontación. La religión, junto con la política, es el tema más controvertido para establecer una conversación, y si ésta la entablan una o varias personas religiosas y una o varias no religiosas, la situación puede tomar tensión. 

En este libro encontramos, así, dos valiosas herramientas para que los católicos no caigamos en confrontaciones que no solo no evangelizan, sino que además pueden crear en las personas no creyentes peores ideas de las que tenían sobre el catolicismo y la Iglesia.

Así, la primera herramienta que esta obra proporciona es un elenco de buenos consejos a la hora de defender una postura argumental, de carácter general: cómo tratar los temas, nuestra forma de ver al otro como cristianos, etc.

Y la segunda herramienta, que es sin duda el grueso del libro, es la explicación en profundidad de los temas más controvertidos que suelen esgrimir aquellos mal informados (o malintencionados) contra la Iglesia: la opinión de la Iglesia en política, la sexualidad, el matrimonio, la educación, etc.

Destaca también la útil estructura de cada uno de los temas, incluyendo el inicio, con unas cuestiones introductorias al tema a tratar, y el final de cada capítulo, con un marco o contexto en el que se sitúa el mundo (en contra de los valores cristianos) y una reformulación del problema según el pensamiento cristiano, concluyendo con unas ideas clave a modo de síntesis.
A la obra no le falta nada en cuanto a doctrina se refiere, ya que con
tiene desde la enseñanza de Padres de la Iglesia como san Agustín hasta las últimas encíclicas de los papas Benedicto XVI y Francisco. Esto se completa mediante la aplicación de dicha doctrina a casos concretos, que son fundamentalmente de dos tipos: de amplia resonancia pública a escala mundial, y casos concretos de España.

Finalmente, puede decirse que Cómo defender la fe sin levantar la voz es un libro interesante a la par que útil, ya que al tiempo que explica las posturas que deben asumir los católicos con respecto a determinadas cuestiones, también ofrece una rica, contrastada y seria información para todos aquellos que no puedan acercarse al grueso de la doctrina de la Iglesia.

Por Antonio Miguel Jiménez


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