Todo se pega
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
"¿Será
posible?", me decía intrigada.
La
semana pasada me encargaba del lavado. La última lavadora era de toallas. No
eran muchas, y creía recordar las que había metido. Sin embargo, al sacarlas,
¡me faltaba una!
"Estoy
segura de haber metido una toalla blanca..."
Y
vuelta a revisar: "Dos azules, una naranja, una verde... ¿y esta
amarilla?"
De
pronto pude reconocer a la toalla desaparecida: ¡la naranja había desteñido y
la blanca se había transformado! ¡Ups!
Mientras
tendía nuestra toalla recién tuneada, sólo podía sonreír al Señor. Realmente,
¡todo se pega!
A
lo largo del día damos mil vueltas, como en la lavadora: el trabajo, los
estudios, asuntos urgentes... Y, mientras tanto, compartimos jornada con un
montón de prendas más: familia, amigos, compañeros...
Y,
¿te has fijado alguna vez en lo fácil que es que se te pegue algún color que no
es el tuyo? Si estás con una persona alegre, es sencillo que acabes sonriendo;
si tu compañía tiene un día malo, posiblemente acabes de mal humor...
Compartimos lavado, y los colores... ¡destiñen!
Por
eso Cristo ha querido entrar en tu lavadora, en tu jornada. Él ha dado hasta la
última gota de su sangre por ti, ¡se destiñe por ti! Te entrega su Vida, para
llenar la tuya. ¿Dejarás que se te pegue su color?
Hoy
el reto del amor es desteñir. Hoy es lunes, y puede que, a estas horas de la
mañana, aún seas una toalla blanca, sin saber aún el color de tu día. Para asegurar
una toma de color de primera calidad, te invito a parar un rato con Cristo.
¡Empápate del color de su amor! Así, hoy podrás sonreír de corazón a cinco
personas, ¡contágiales tu sonrisa! ¡Disfruta tu día destiñendo todo del color
de Cristo! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
