Francisco recuerda a los
párrocos que son ellos los primeros interlocutores de la Iglesia con las
familias cristianas, heridas o fracasadas, felices o infelices
Los
párrocos son los primeros interlocutores de la Iglesia con las familias, las
uniones de hecho, uniones civiles, uniones fracasadas, los jóvenes que quieren
casarse, felices e infelices. Por ello deben profundizar estos temas, para ser
“compañeros de viaje de toda persona y en cualquier situación” con su
testimonio y apoyo.
Así
lo indicó el papa Francisco al recibir este sábado 25 de febrero en audiencia
en el Vaticano, a los participantes en el curso de formación para párrocos,
promovido por la Rota Romana, sobre el nuevo proceso matrimonial.
Invitó
también a los párrocos a estar cerca de aquellos jóvenes que prefieren convivir
sin casarse: “Ellos, en el plano espiritual y moral, están entre los pobres y
los pequeños, para los que Iglesia, sobre las huellas de su Maestro y Señor,
quiere ser madre que no abandona sino que se acerca y por los que se preocupa”.
Y añadió: “También estas personas son amadas por el corazón de Cristo. Tengan
hacia ellos una mirada de ternura y de compasión”.
Estos
temas, indicó Francisco, han sido profundizados en el Sínodo de los Obispos
sobre el tema “Matrimonio y familia”, y elaborados de forma orgánica en la
Exhortación apostólica Amoris laetitia, y que son ellos los párrocos, que
deberán aplicarla concretamente en su contacto cotidiano con las familias.
También
para estar “cerca de aquellos cónyuges que, a causa de serios problemas en su
relación, tienen necesidad de reavivar la fe y volver a descubrir la gracia del
Sacramento; y en ciertos casos piden indicaciones para iniciar un proceso de
nulidad”.
“Nadie
mejor que ustedes -indicó el Pontífice- conoce y está en contacto con la
realidad del tejido social en el territorio, experimentando su variada
complejidad: uniones celebradas en Cristo, uniones de hecho, uniones civiles,
uniones fracasadas, familias y jóvenes felices e infelices”, invitando así a
los párrocos a ser con su testimonio y apoyo “compañeros de viaje de toda
persona y en toda situación”.
Francisco
además les invitó a dar testimonio de “la gracia del Sacramento del matrimonio
y el bien primordial de la familia”, célula vital de la Iglesia y de la sociedad,
proclamando que el matrimonio entre un hombre y una mujer es signo de la unión
esponsal entre Cristo y la Iglesia.
“Tal
testimonio lo realizan concretamente cuando preparan a los novios al
matrimonio, haciéndolos conscientes del significado profundo del paso que están
por cumplir. No dejen de recordar siempre a los esposos cristianos que en el
Sacramento del matrimonio Dios, por así decir, se refleja en ellos, imprimiendo
su imagen y el carácter indeleble de su amor”, dijo.
Fuente: Zenit