¡Ay, que pillan al niño Jesús!
Hola, buenos días, hoy Verónica nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
El otro día estábamos viendo la película de María de
Nazaret. Llegó la parte en la que Herodes manda matar a todos los niños de
Belén después del nacimiento de Jesús: se mezclaba la angustiosa escena en la
que los soldados iban quitándole la vida a los niños y, a su vez, José y María
huyendo rápidamente de allí. Me fui tensionando a cada paso que daban. Empecé a
inquietarme en la silla. "¡¡Corre, José!!", "¡Qué despacio va el
burro!", "¡Uy, que les pillan!"... Iba entrando en calor por
momentos, cuando paré en seco y pensé: "Pero, ¡si ya sabemos como acaba!
¡Me voy a relajar!"
Esta Navidad te puede pasar lo mismo. Cada año
celebramos la fiesta del nacimiento de Jesucristo; puede parecer repetitivo...
¡2.000 años celebrándolo! Pero tienes dos opciones: puedes relajarte y pensar
que, como ya te lo sabes, no va a ser nada del otro mundo; o vivirla con
ilusión, sentir la Navidad pidiéndole al Señor que nazca en tu corazón, ir
siguiendo cada paso de María y José, el nacimiento, los pastores, los Reyes
Magos...
Cada año, Jesús viene a nacer en ti. ¡Él viene a nacer
en tu pobreza! En lo más oscuro de tu corazón, Él quiere encender Su luz. No
dejes que tu corazón se acostumbre a esta fiesta, no te relajes. Sí,
efectivamente, sabemos cómo acaba, sabemos que, al final, Él morirá por cada
uno de nosotros. Pero, ¡déjate sorprender! Pídele al Señor la gracia de entrar
en el asombro de esta fiesta.
Si crees que esta Navidad va a ser como todos los
años... si vas a la Misa del Gallo, luego la cena, los villancicos, siguiendo
la tradición familiar... hoy te invito a que, aunque no cambien las
circunstancias, le pidas al Señor que cambie tu corazón. Si fuese la última
Navidad que pudieses vivir, ¿cómo te gustaría vivirla?
Hoy el reto del amor es que mires a un Niño Jesús y le
pidas tener un corazón de niño esta Navidad. Te aseguro que ya no va a ser una
simple reunión familiar. El Niño ya está llamando a las posadas, ¿le abrirás la
tuya?
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma