Nuestro gran defensor
en el combate espiritual
San Miguel Arcángel es uno de
los tres arcángeles principales mencionados en la Biblia; los otros dos que se
mencionan son Gabriel y Rafael.
San Miguel, San Miguel
Arcángel, o Príncipe
de la Milicia Celestial, es el principal guerrero celestial en
la lucha espiritual. Es un poderoso ángel al que Dios le ha confiado la
gran misión de ayudar a derrotar a Satanás y proteger a los hijos de Dios
de las fuerzas demoníacas que rondan la tierra.
Miguel significa: “¿Quién
como Dios?” De hecho, ese era su grito de
guerra cuando Lucifer se rebeló contra Dios. Y su lucha continúa hasta
nuestros días.
La mención más antigua de San Miguel Arcángel en las Escrituras se encuentra en el libro del Antiguo
Testamento de Daniel (12, 1):
“En aquel tiempo, se alzará Miguel, el gran
Príncipe, que está de pie junto a los hijos de tu pueblo. Será un tiempo de
tribulación, como no lo hubo jamás, desde que existe una nación hasta el tiempo
presente. En aquel tiempo, será liberado tu pueblo: todo el que se
encuentre inscrito en el Libro”.
Este verso está explica que,
si bien las personas eran esclavas, ellos no fueron olvidados nunca por Dios y
tenían un gran aliado en San Miguel.
La guerra espiritual
Sin duda alguna, estamos en
una guerra espiritual. Los combatientes son Dios, la Santísima Virgen María,
los santos, el demonio, potestades, dominaciones, tronos con inmenso
poder, y tú. Las
armas que tenemos son la oración humilde, el ayuno frecuente, la fe,
nuestro testimonio cristiano de la verdad, la caridad y el servicio
San Pablo se encarga de
ponernos en alerta con respecto a la batalla, y que estemos siempre listos en
este combate:
“Porque nuestra lucha no es
contra enemigos de carne y sangre, sino contra los Principados y Potestades,
contra los Soberanos de este mundo de tinieblas, contra los espíritus del mal
que habitan en el espacio” (Efesios 6, 12)
En esta guerra está en juego
la vida eterna de nuestra alma o su condenación eterna. No
debemos tener miedo, pues de nuestro lado están los poderosos arcángeles,
y el principal de ellos es San Miguel Arcángel, dotado por Dios con
un poder más allá de nuestra comprensión. Estos poderosos ángeles están,
incluso en este momento, ocupados librando alguna batalla
contra Satanás y sus secuaces demoníacos.
Una lucha que lleva siglos
San Miguel Arcángel tiene una
historia de lucha contra Satanás. Uno de sus primeros encuentros con
Satanás está documentado en el Libro de Judas 1,9 cuando él y Satanás discuten
sobre el cuerpo de Moisés. A pesar de que nunca se ha explicado exactamente por
qué estaban discutiendo, Judas describe el resultado:
“Sin embargo, el mismo
Arcángel Miguel, cuando se enfrentaba con el demonio y discutía con él,
respecto del cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir contra él ningún juicio
injurioso, sino que dijo solamente: «Que el Señor te reprenda»”
Se cree que Satanás estaba
tratando de saber dónde fue enterrado el cuerpo de Moisés, con la esperanza de
ir en contra el primer mandamiento de Dios: “no habrá para ti otros dioses
delante de mí”. Se cree que Satanás quería tentar al pueblo Judío para que
adorasen el cuerpo de Moisés.
La mayor batalla de San
Miguel Arcángel contra Satanás se describe en el Libro de Revelaciones (12, 7-9), cuando
los ángeles malvados de Satanás tratan de rebelarse contra Dios:
“Entonces se libró una
batalla en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron contra el Dragón, y este
contraatacó con sus ángeles, pero fueron vencidos y expulsados del
cielo. Y así fue precipitado el enorme Dragón, la antigua Serpiente,
llamada Diablo o Satanás, y el seductor del mundo entero fue arrojado sobre la
tierra con todos sus ángeles”
Debido a esta gran
batalla y la derrota de Satanás, San Miguel Arcángel es considerado el gran
defensor de la Iglesia. Todas las grandes victorias de San Miguel
contra Satanás le valieron las siguientes cuatro funciones en la
Iglesia:
- Luchar contra Satanás
- Rescatar a las almas de los fieles
de Satanás, especialmente en la hora de la muerte
- Asistir a los moribundos y
acompañarlos en su juicio
- Ser el campeón del pueblo de Dios y patrono de la Iglesia.
Combatir firmes en la fe
Como vemos, el combate espiritual
es parte de la estructura misma del cristianismo. Debemos luchar porque tenemos un enemigo que no descansa ni de día ni de
noche, un enemigo que “ronda como león rugiente, buscando a
quien devorar” (Cfr 1 Pedro 5, 8)
A la vista de este enemigo
implacable, ser pasivos no una opción. San Pedro nos ordena explícitamente
a “resistirlo firmes
en la fe” Debemos combatir contra el mundo, el demonio y
la carne, o seremos destruidos por ellos.
En un mundo en el
que muchos buscan destronar a Dios o declararlo muerto, debemos, al igual que
San Miguel, defender su gloria, diciendo: “¿Quién como Dios?”, e invocándolo
inmediatamente con la oración que nos enseñó la Iglesia:
San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra la perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tú, Príncipe de la Milicia Celestial,
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén
Reza esta oración no sólo
hoy, sino todos los días, porque como lo ha dicho el Papa Francisco en una de sus
reflexiones:
“También nosotros somos
tentados, también nosotros somos objeto del ataque del demonio, porque el
espíritu del mal no quiere nuestra santidad, no quiere el testimonio cristiano,
no quiere que seamos discípulos de Jesús. ¿Y cómo hace el espíritu del mal para
alejarnos del camino de Jesús?: con su tentación” (Homilía en Santa Marta, 11
de Abril de 2014)
San Miguel Arcángel, ruega
por nosotros y defiéndenos en la batalla
Qriswell Quero
Artículo originalmente publicado
por pildorasdefe.net
Fuente: Aleteia