Ángeles que te sostienen
Hola, buenos días, hoy Verónica nos lleva al Señor.
Que pases un feliz día.
Ayer tuvimos Exposición del Santísimo, y lucimos una
peana que nos han regalado en la que 4 ángeles sostienen la custodia. Yo miraba
esa peana y miraba al Santísimo. Sólo le pedía al Señor poder creerme este
misterio. De repente me vino el evangelio de Lucas en el que relata el
sufrimiento de Cristo en Getsemaní, y dice: "...y le envió un ángel del
cielo para fortalecerle".
Ver la peana era como estar viendo a Jesús en
Getsemaní, cuando voluntariamente decidió dar su vida por cada uno de nosotros.
Cuántas veces nos han dicho que Jesús ha sufrido lo
mismo que tú y que yo; que ha llorado, que se ha sentido solo... ¡Mil veces!
Pero, hasta que no experimentas que Él te entiende mejor que nadie, no te lo
terminas de creer.
Si hoy te sientes así, si sientes que estás llevando
todo tú sola, si sientes que no puedes más, deja que Dios envíe a sus ángeles
para que te sostengan. Porque Él no te va a dejar sola en lo que estás
viviendo.
Es impresionante como, justo en el momento en el que
Jesús dice: "Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya", en ese
momento, el Padre manda un ángel para sostenerle. Hoy te invito a que le digas
lo mismo que le dijo Jesús, te aseguro que Él te va a sostener: ¡Deja tu vida
en sus manos; si no le dejas entrar, no puede hacer su obra, no puede mandar
sus ángeles!
Nos han metido en la cabeza que tenemos que poder con
todo, pero somos humanos, y el Señor cuenta con ello. Cristo también lo es, por
eso te entiende. ¿No te ha pasado que, en momentos difíciles, has sentido el
amor en la palabra de ánimo de una persona, en un abrazo, en una llamada, en
una sonrisa? Ésos son los ángeles que el Señor manda.
Hoy el reto del amor es ser un ángel para una persona.
Si ves que alguien está pasando un momento difícil, haz una llamada, manda un
mensaje, para que sepa que estás ahí con ella, que no está sola. Muchas veces
ni las palabras son necesarias; simplemente el hecho de que estés es lo que a
la persona le ayuda.
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma
