Conclusiones de una tarde de estudio
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
Ayer Lety nos dijo que teníamos toda la tarde entera
para poder estudiar, aunque, sinceramente, no me apetecía nada. Nos hizo
gracia, porque todas estábamos igual pero, como comentábamos, lo que cuesta es
sentarse, y luego ya el tiempo se pasa volando.
Al sentarme me acordé de que en estos días ya varias
personas nos han dicho que van a empezar los exámenes, o que sus hijos están
con finales... Y, al recordarlos, rezaba por ellos, y me reía pensando "Si
a nosotras nos cuesta también sentarnos... ¡Cómo les entendemos!"
Sin embargo, cuando ya llevaba un rato, y me veía
disfrutando de lo que iba aprendiendo, el Señor me regaló comprender que lo que
produce la obediencia es que te encuentras con la gracia que te estaba
esperando en eso.
Sí, porque, si no hubiera obedecido en fe, seguramente
se me habrían ocurrido mil cosas "importantes" que hacer, y la última
habría sido sentarme a estudiar; sin embargo, era el momento en el que el Señor
me daba la gracia para hacerlo, para aprender, e, incluso, para disfrutarlo.
Puedes pensar "Claro, yo no tengo nadie a quien
obedecer, que me diga 'tiempo de estudio'...", sin embargo, cada horario
ya te propone algo que obedecer, o cuando se acercan las fechas de los
exámenes, o en casa, con tu familia... La vida está llena de pequeñas
propuestas de obediencia, que en realidad esconden una gracia detrás, es decir,
un encuentro con el Señor, una fortaleza inmensa para llevarlo a cabo, una
experiencia de amor.
Cristo es El Obediente, toda su vida terrena fue
secundar con la confianza de un pequeño una propuesta tras otra del Padre. En
Él podemos comprender que la obediencia no es sumisión impuesta, sino más bien
una respuesta de amor.
Hoy el reto del amor es responder con amor a los
planes que el Señor tenga hoy para ti. No importa lo que parezca que se te pone
por delante, vas de la mano de Quien sabes que te ama. Nada es una pérdida de
tiempo si lo vives con Él. Antes de hacer eso que tanto te cuesta, para un
momento, mira al Señor, y respóndele que quieres hacerlo con fe, con Él, y así,
haciéndolo porque quieres, podrás descubrir la gracia que estaba detrás de ese
acontecimiento.
VIVE DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma