El Santo Padre recuerda que “estamos llamados a actuar contra la exclusión
social de los más débiles” y “trabajar por su integración”
La Iglesia “existe para evangelizar”,
pero la evangelización requiere adaptarse a las distintas situaciones, teniendo
en cuenta la vida familiar y la social, como también la vida internacional con
especial atención a la paz, a la justicia, al desarrollo. Así lo explica el papa
Francisco en su mensaje a los miembros del Consejo de Representación de Caritas
Internationalis. Durante el
encuentro, el Santo Padre ha querido dejar de lado el discurso preparado
y ha hablado improvisando y respondiendo a las preguntas planteadas por algunos
participantes.
En el discurso preparado y entregado a
los presentes, el Pontífice recuerda que en la apertura del Sínodo sobre la
Nueva Evangelización, el papa Benedicto XVI recordaba que los dos pilares de la
evangelización son “confesión y caridad”.
De este modo, recuerda que “estamos
llamados a actuar contra la exclusión social de los más débiles” y “trabajar
por su integración”. Asimismo,
advierte de que nuestras sociedades están a menudo dominadas por la cultura
“del descarte” y necesitan “superar la indiferencia” y “el repliegue sobre sí
mismas” para “aprender el arte de la solidaridad”.
El Pontífice subraya lo fundamental de la
misión de las distintas Cáritas nacionales y “el rol específico en la Iglesia”.
No son “delegaciones sociales”, asegura, sino “organismos eclesiales que
comparten la misión de la Iglesia”.
Además, les da las gracias “en nombre de
toda la Iglesia” por lo que hacen por los últimos. Y les anima a “proseguir en
esta misión”. El Santo Padre les anima a llevar el mensaje del Evangelio de la
alegría en todo el mundo, sobre todo a quien es dejado atrás, pero también “a
quien tiene el poder de cambiar las cosas, porque es posible cambiar”.
La pobreza, el hambre, las enfermedades,
la opresión no son una “fatalidad” y no pueden “representar situaciones
permanentes”.
Por otro lado les ha invitado a tener
siempre “valentía profética”, a “rechazar todo lo que humilla al hombre” y
“todo tipo de explotación que lo degrada”. Al mismo tiempo que les ha pedido
que continúen proponiendo esos “pequeños y grandes signos” de hospitalidad y de
solidaridad que tienen la capacidad de iluminar la vida de niños y ancianos, de
migrantes y refugiados que buscan paz.
El Pontífice se muestra contento porque Caritas Internationalis llevará
adelante una campaña precisamente sobre el tema de las migraciones. Por eso
espera que esta iniciativa “abra los corazones de muchos a la acogida de los
refugiados y de los migrantes”, para que “puedan sentirse realmente en casa en
nuestras comunidades”.
Indica también que son “artesanos de paz
y de reconciliación entre los pueblos, entre las comunidades, entre los
creyentes”. De este modo, les pide que trabajen con todas sus fuerzas para
“trabajar en sinergia con las otras comunidades de fe” que, como ellos, “ponen
la dignidad de las personas al centro de su atención”.
Finalmente, el Santo Padre les pide que
luchen contra la pobreza y al mismo tiempo aprendan de los
pobres.
ROCÍO LANCHO GARCÍA
Fuente
Zenit