LA DIÓCESIS DE SEGOVIA CUENTA CON 135 MISIONEROS POR TODO EL MUNDO

La Iglesia realizará colectas este domingo con motivo de la Jornada Mundial de las Misiones

La Iglesia se prepara para vivir este domingo, 23 de octubre, la Jornada Mundial de las Misiones —el popular Domund—, y lo hace teniendo en cuenta unas palabras del papa Francisco: “Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”. 

En sintonía con esa declaración de intenciones, la institución organizadora del Domund, Obras Misionales Pontificias —dirigida por el segoviano Anastasio Gil García— ha elegido como lema para este año “Sal de tu tierra”, un versículo sacado del Génesis con el que la Iglesia quiere “animar a todos a salir e ir al encuentro de los otros para anunciarles el Evangelio”.

A esta labor evangelizadora, la diócesis de Segovia aporta, en la actualidad, 135 misioneros, repartidos por todo el mundo —en 36 países—, según informó ayer el delegado de Misiones, Isaac Benito. La cifra de misioneros segovianos ha sufrido en el último año un descenso, de cinco efectivos.

Desde la Delegación de Misiones de Segovia se agradeció ayer “a todos los segovianos” su colaboración económica en la Jornada Mundial de las Misiones, explicando que se reciben además numerosos donativos en otras fechas del año e, incluso, herencias. En 2015, la diócesis de Segovia recaudó el día del Domund un total de 76.765,80 euros, la cifra más baja del último lustro.

Este año, las actividades propias del Domund comienzan mañana viernes, con la llamada ‘Vigilia de la Luz’, que tendrá lugar en la parroquia de Santo Tomás a las 20,00 horas. El domingo, en la totalidad de las iglesias de la provincia se llevarán a cabo colectas. Independientemente de esta programación, los alumnos del colegio de las Madres Concepcionistas mantendrán la tradición de solicitar donativos por las calles, utilizando huchas.

En 2016, el Domund cumple su 90 aniversario. La Iglesia quiere este año subrayar que la recaudación va dirigida a apoyar el trabajo, tanto de evangelización como de promoción humana, que se realiza en diversos países, principalmente de África y Asia, pero también de islas de Oceanía y de algunas zonas de América Latina. “Su subsistencia depende en gran parte de los donativos del Domund”, se insiste desde desde la Delegación de Misiones de la diócesis de Segovia.

España es el país que más misioneros envía. Cerca de 13.000, en casi 140 países. De esa cifra, casi 2.000 han regresado a España, a la espera de nuevos destinos o colaborando con la animación misionera, contando sus testimonios.

Dieron sus testimonios personales los misioneros: 

El padre Felipe Gómez, misionero jesuita, es natural de Fuentipiñel y viajó a Vietnam con 25 años cuando todavía era un escolar, estudiante de Teología y Filosofía. Se ordenó sacerdote en la ciudad de Saigon. «Me convertí en el primer jesuita ordenado en Vietnam», destaca el misionero, quien cuenta una anécdota de su primera misa: «Mis padres, de alguna forma, querían estar presentes en ella, puesto que era la primera que daba, pero era imposible que viajaran desde Fuentipiñel hasta Vietnam, por lo que a mi madre se le ocurrió la idea de mandarme harina hecha por ella para hacer las hostias sagradas. Mi padre, por su parte, vendimió unos racimos de uva y me envió unas botellas de vino. Así, mi primera misa la di con el pan de mi madre y el vino de mi padre». En 1975, «cuando los comunistas invadieron Saigón», tuvo que salir del país. «Nos echaron de allí, pero he de decir que fue de muy buenas formas, haciéndome escribir una carta pidiendo permiso para ver a mi madre». 

En la década de los ochenta, trabajó en Filipinas, donde también ejerció enseñando Teología. Mantuvo la relación con el pueblo vietnamita, porque «llegaban muchos refugiados de Vietnam por mar pidiendo ayuda a Filipinas. Entre los dos países hay 2.000 kilómetros, y llegaban en barcas pequeñas, en muy malas condiciones. De hecho, para subsistir, en algunos casos se comían a los muertos, son experiencias raras pero que me han sucedido y no hace tanto tiempo», comenta el padre Felipe.

La hermana Josefina Medina es enfermera. Nació en Vitigudino (Salamanca). Hija de la Caridad, ha sido misionera en distintos puntos del planeta. Actualmente reside en Segovia y trabaja en la parroquia de la Resurrección, en Nueva Segovia. El primer país al que le destinaron fue la India, pero por problemas con el visado no pudo entrar. 

Por aquel entonces había mucha necesidad en África Central, en el Zaire. «No tuve problemas en irme, pero me pedían Medicina Tropical, por lo que tuve que cursarlo antes de irme. Una vez allí, me encontré con una médica segoviana, Sor María Teresa García. Para poder operar hemos pasado muchas vivencias, no teníamos casi camas, tuvimos que operar con una luz de candil, esterilizar con planchas de carbono antiguas, cosas que parece que fueron hace mucho tiempo, pero que yo he vivido», cuenta. En muchos casos ejerció de matrona. «Me sorprendió mucho la actitud de las mujeres, nada más dar a luz se querían ir ya a casa sin ningún tipo de reposo».

Fuente: El Adelantado de Segovia/ Norte de Castilla