En la homilía de este jueves, el Santo Padre explica que para entrar en el
misterio de Cristo es necesario oración, adoración y reconocerse pecador
Necesitamos oración, adoración y
reconocernos pecadores para conocer realmente a Jesús. Así lo ha indicado el
papa Francisco en la homilía de la misa celebrada este jueves en Santa Marta.
Asimismo, ha reconocido que el catecismo no es suficiente para comprender la
profundidad del misterio de Cristo.
Haciendo referencia a la Carta de San
Pablo a los Efesios, de la primera lectura del día, el Santo Padre ha recordado
que el apóstol pide que “el Espíritu Santo dé a los Efesios la gracia de ser
fuertes, robustecerse, hacer que Cristo habite en sus corazones”.
Así, el Santo Padre ha observado que
Pablo se sumerge “en el mar inmenso que es la persona de Cristo”. Pero, “¿cómo
podemos conocer a Cristo?” “¿cómo podemos comprender el amor de Cristo que
supera cualquier conocimiento?” De este modo ha explicado que “Cristo está
presente en el Evangelio, leyendo el Evangelio conocemos a Cristo”. Al respecto
ha precisado que el catecismo “nos enseña quién es Cristo” pero esto “no es
suficiente”. Por eso ha afirmado que “para ser capaz de comprender cuál es la
amplitud, la grandeza, la altura y la profundidad de Jesucristo, es necesario
entrar en un contexto de oración de rodillas, como hace Pablo: ‘Padre, envíame
el Espíritu para conocer a Jesucristo’”.
En esta misma línea, el Pontífice ha
explicado que para conocer realmente a Cristo, “es necesaria la oración”. Pablo
“no solo reza, adora este misterio que supera todo tipo de conciencia y en un
contexto de adoración pide esta gracia al Señor”. Por eso ha reconocido que no se
conoce al Señor sin esta costumbre de adorar, de adorar en silencio. Al
respecto, el Santo Padre ha observado que, cree que esta oración de adoración
es la menos conocida por nosotros y la que menos hacemos. “Perder el tiempo, me
permito decir, delante del Señor, delante del misterio de Jesucristo. Adorar. Y
allí en silencio, el silencio de la adoración. Él es el Señor y yo lo adoro”.
También ha subrayado que para conocer a
Cristo es necesario tener “conciencia de nosotros mismos”, “la costumbre de
acusarnos a nosotros mismos”, de “llamarnos pecadores”. De este modo, ha asegurado que “no se puede
adorar sin acusarse a sí mismo”. Para entrar en este “mar sin fondo, sin
orillas” que es el misterio de Jesucristo, son necesarias estas cosas.
Primero, la oración: ‘Padre, envíame el
Espíritu para que él me conduzca a conocer a Jesús”. Segundo: la adoración al
misterio, entrar en el misterio adorando. Y tercero, acusarse a sí mismo: ‘soy
un hombre de labios impuros’.
Finalmente, el Pontífice ha pedido que
“el Señor nos dé esta gracia que Pablo pide para los Efesios también a
nosotros, esta gracia de conocer y ganar a Cristo”.
Fuente:
Zenit