Si has cometido alguno de estos pecados arrepiéntete y acógete a
la misericordia de Dios
El mundo actual con su ritmo
vertiginoso de vida,
con un mayor acceso a la información y con las nuevas tendencias, parece haber
dejado de lado la contrición y considera que el pecado y el infierno están “pasados de moda”. Pero no es así.
El pecado es algo serio, el
infierno existe y es el destino de los pecadores. San Pablo dijo: “¿No sabéis
que los injustos no heredarán el reino de Dios? Que no te engañen…"(1
Corintios 6, 9).
Sin embargo, ¡hay esperanza!,
pues por la gracia de Dios podemos apartarnos de nuestros pecados y encontrar
la salvación en Jesucristo.
Pero primero necesitamos
reconocer nuestros pecados y que necesitamos ser salvados. Una vez que tengamos
una vida nueva en Cristo, la vida cristiana comienza y estamos llamados a
cooperar con la gracia de Dios para crecer en santidad.
Por ello, te presentamos una
lista de los pecados que el mundo actual considera “normales”, pero a los que
se debe tomar en serio:
1) La mentira
“¿Qué pasaría si la persona
nunca lo descubre? ¿Qué tal si es sólo por conveniencia? ¿O qué tal si sirve
para lograr un bien mayor?”
No. Mentir es mentir y está
mal.
Mentir es decir una falsedad
con la intención de engañar y siempre está mal porque es una ofensa contra la
verdad, que es Cristo (Juan 14, 6).
Recuerda, la mentira es la
lengua nativa del demonio, a quien Jesús llama “el padre de la mentira” (Juan
8, 44). El libro de la Sabiduría advierte: “la mentira destruye tu alma”
(Sabiduría 1, 11).
2) Inmoralidad sexual
“¡Huye de la inmoralidad
sexual!” (Corintios 6, 18).
¿Pero por qué no podemos
hacer lo que queramos con nuestros cuerpos? Mientras una persona está de
acuerdo, todo vale, ¿no?
No. San Pablo dice: “Eviten
la fornicación. Cualquier otro pecado cometido por el hombre es exterior a su
cuerpo, pero el que fornica peca contra su propio cuerpo. ¿O no saben que sus
cuerpos son templo del Espíritu Santo, que habita en ustedes y que han recibido
de Dios? Por lo tanto, ustedes no se pertenecen, sino que han sido comprados,
¡y a qué precio! Glorifiquen entonces a Dios en sus cuerpos”. (1 Corintios 6, 18-20)
Nosotros podemos pecar contra
nuestros propios cuerpos. Dios nos ha hecho a nosotros y a nuestra sexualidad
con dignidad, valor y orden, que debe ser respetado y querido.
Recuerden que Cristo predicó
sobre la lujuria en el corazón: “No cometerás adulterio. Pero yo os digo que
cualquiera que mira a una mujer con lujuria ya ha cometido adulterio con ella
en el corazón”.
3) Robo
“No robarás”. (Éxodo 20, 15)
Robar es tomar algo que no te
pertenece. Eso incluye a todo el material que tenga copyright. Robar no se vuelve
aceptable sólo porque estás en Internet. Todo el mundo lo sabe, pero igual lo
hacemos. Aun así es un pecado grave.
4) Alcoholismo
El alcohol es un maravilloso
don de Dios. Jesús convirtió el agua en vino y los monjes cristianos solían
hacer la mejor cerveza del mundo.
Pero beber demasiado hasta el
punto de emborracharse y perder el control es un pecado: “No se engañen…los
bebedores…no entrarán en el Reino de Dios”. (1 Corintios 6, 9-10) “No se
emborrachen con vino, porque eso es libertinaje”. Ante esto, San Pablo nos
ofrece una alternativa: “Llénense del Espíritu”. (Efesios 5, 8).
5) Gula
Algunos se han referido a la
gula como el vicio olvidado.
Obviamente necesitamos comer,
hay un tiempo para festejar y la comida puede disfrutarse maravillosamente.
Pero, al igual que el alcohol, todo debe disfrutarse con moderación. La gula es
un amor inmoderado a la comida y no sólo puede traer serias consecuencias a tu
salud, sino también para tu alma.
“Porque ya les advertí
frecuentemente y ahora les repito llorando: hay muchos que se portan como
enemigos de la cruz de Cristo. Su fin es la predicción, su
dios es el vientre, su gloria está en aquello que los cubre de vergüenza, y no
aprecian sino las cosas de la tierra”. (Filipenses 3, 18-19).
6) Venganza
La justicia es importante y
cualquier justicia que no ha sido dada por el gobierno será rectificada por
Dios al final. Pero a nosotros ahora, Dios nos llama a un plano superior:
“No devuelvan a nadie mal por
mal. Procuren hacer el bien delante de todos los hombres. (…) Queridos míos, no
hagan justicia por sus propias manos, antes bien, den lugar a la ira de Dios.
Porque está escrito: Yo castigaré. Yo daré la retribución, dice el Señor. Y en
otra parte está escrito: Si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene
sed, dale de beber. Haciendo esto, amontonarás carbones encendidos sobre su
cabeza. No te dejes vencer por el mal. Por el contrario, vence al mal, haciendo
el bien”. (Romanos 12, 17. 19-21)
También mantén en mente las
enseñanzas de Jesús respecto al perdón: “Si perdonan sus faltas a los demás, el
Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero
si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes”. (Mateo
6, 14-15)
7) Asesinato
“¡Por favor, actualmente
nadie comete asesinatos!”. ¿Estás seguro?
El asesinato es la muerte
voluntaria y directa de una vida humana inocente. Incluso si la persona es
pequeña y está en desarrollo en el vientre de su madre. Incluso si la persona
está en desventaja. Incluso si la persona está enferma y es difícil de cuidar.
Incluso si la persona es vieja y puede morir pronto de todos modos. El aborto y, cada vez más, la eutanasia es ampliamente aceptada y practicada
en toda nuestra sociedad.
El asesinato es una ofensa
contra Dios porque los seres humanos fuimos hechos a Su imagen y semejanza.
(Génesis 1, 27)
Si has cometido alguno de
estos pecados arrepiéntete y acógete a la misericordia de Dios.
Traducido
por María Ximena Rondón.
Publicado
originalmente en ChurchPop.