FLORES DE MISERICORDIA

Segunda semana mes de mayo de 2016 (Año Santo Jubilar)

8. “SE PUSO EN CAMINO”.

Cuando uno se encierra en sus propios problemas llega a creer que exclusivamente existe su problema. María, llena de Dios, se pone en camino hacia la casa de su primera Isabel. ¿Nos cuesta salir al encuentro de “las casas” de los demás? La flor de la misericordia tiene un jardín: la humanidad caída.

9. “MARÍA FUE BIENAVENTURADA PORQUE, ANTES DE DAR A LUZ, YA LA LLEVÓ EN SU SENO” (San Agustín).

¿Eres consciente que, desde el Bautismo, Dios habita en ti y además ha dejado siembra de eternidad en tus entrañas? ¿Cuidas esa semilla que puede convertirse en algo grande o, tal vez, dejas que los pájaros de la comodidad y la tibieza la malogren? La flor de la misericordia tiene un abono: la Palabra de Dios.

10. “MARÍA FUE GRANDE PORQUE, EN SU PEQUEÑEZ, ESCUCHÓ Y CUMPLIÓ LA PALABRA DE DIOS” (San Juan Pablo II).

Eterno combate el de un cristiano del siglo XXI: o Dios o el mundo, o la visión de la sociedad o la Palabra de Dios para una sociedad mejor. Los que se quedan al borde del camino (al contrario de María Virgen) corren el riesgo de quedarse paralizados y sin más recorrido que su propia conciencia. La flor de la misericordia tiene un tallo: la perseverancia ante el cierzo.

11. “DIOS SE ENAMORÓ DE UNA INCOMPARABLE HERMOSURA” (San Alfonso María Ligorio).

¿Podemos decir que, DIOS, está contento de cada uno de nosotros? ¿De nuestras obras? ¿De nuestros silencios? ¿De nuestra fe de cierto “postureo” pero sin trascendencia? La flor de la misericordia tiene una transparencia: su bondad.

12. “SI TIENES ESCOLLOS LEVANTA LA MIRADA Y MIRA A LA ESTRELLA DE MARÍA” (San Bernardo).

Uno de los riesgos del cristianismo de hoy es también lanzarnos exclusivamente en manos de lo racional y de la ciencia. En el Año de la Misericordia, María, se convierte en un oasis de dulzura, beldad y bálsamo en toda inquietud. ¡Pruébalo! La flor de la misericordia tiene un techo: el cielo.

13. “EN TI ESTUVO LA PLENITUD Y TODO BIEN” (San Francisco de Asís).

A María, a veces, la adornamos tanto que disimulamos su auténtica belleza: fue sagrario del amor de Dios que se hacía carne. No disimulemos nuestra belleza cristiana que, entre otras cosas, es llevar el Bien (que es Cristo) y hacer el bien (interesarnos por los problemas de los demás). La flor de la misericordia tiene una riqueza: el amor.

14. “EL NUDO DE LA DESOBEDIENCIA DE EVA FUE DESATADO POR LA OBEDIENCIA DE LA VIRGEN MARÍA” (San Irineo).

Muchos de los conflictos que nos sacuden, frecuentemente, pueden ser desatados por una sonrisa, una buena acción o un silencio oportuno. Reza a la “Virgen de los nudos” y, tal vez, conseguirás saber cómo salir de situaciones difíciles. La flor de la misericordia tiene una virtud: el silencio.

Por Javier Leoz

Fuente: Betania